Ariadna mira muy sorprendida a Sebastián:
--¿tú aquí? Has venido a ofenderme más?
Ella está muy triste y él se siente culpable por haber contribuido a hacerla sentir mal:
--he venido a pedirte perdón…
Y esa ternura que ve en el rostro del guapo chico es lo que necesita:
--después de comportarme como una cualquiera no puedo esperar que…
Sebastián no la deja seguir, le pone los dedos en los labios muy cariñosamente y con dulzura le dice:
--Sé que no me quieres pero sé que te puedo hacer feliz. ¿Te quieres casar conmigo?
Y Ariadna lo abraza, necesita refugiarse en él.
Días después… Joel hace sus maletas, está en el apartamento que alquiló. Emilio está con él.
--te voy a echar de menos… Me gustaría ir contigo… En estos días que hemos estado vivido acá te he aprendido a ver como a un verdadero hermano… si nada más… --Emilio.
Joel le sonríe con amargura, hay complicidad entre los dos:
--eso es bueno.
--Los dos hemos cambiado… tú ahora eres una persona normal que acepta su sexualidad, que he vivido un gran amor y ya no esconde nada…
Joel se lleva las manos al pecho:
--a Carlos lo voy a querer toda la vida…
--¿porqué no me dejas que vaya a ver si volvió con su ex? La casa creo que era de él…
--No creo que tuviera tanta cara, de todas formas si él no quiere saber de mí… yo tampoco quiero saber de él.
--no me gusta verte tan triste…
Joel sonríe con amargura.
--Voy a estar bien. No te preocupes por mí… quien sabe tal vez me vuelvo a enamorar…
Y Joel es lo que quiere, vivir un amor sin miedo, sin culpa pero Carlos se le ha clavado demasiado dentro y no cree que nunca se lo vaya a arrancar. Emilio le agarra la maleta, los dos hermanos salen muy juntos.
--aunque la vieja no quiera saber de nosotros no la desatiendas… --Joel.
--No tranquilo si bien que tira de la tarjeta, me parece que está viajando por todo el mundo… nos va a dejar en la ruina…
Joel mira a su hermano fraternalmente:
--tranquilo que hay mucho dinero y en todo caso el dinero es dinero…
Los dos hermanos van hacia el aeropuerto en un taxi.
--¿y te quedarás en la casa? no es bueno que esté vacía…
--esa casa la compramos para mamá… que ella decida lo que quiere hacer. Yo prefiere quedarme en tu apartamento. Así te lo cuido hasta que regresas… Espero que sea pronto…
Los dos hermanos se abrazan. Al llegar al aeropuerto, todo Emilio se estremece.
--Mira…
Y Joel reconoce ese culo. Es Ricardo. Ese hombre que fue el primero que le gustó de verdad. Joel se estremece. Eso es justo lo que necesita.
--hermano… dejame solo…
Los dos hermanos se miran con complicidad mientras que Joel va detrás de Ricardo. Emilio mira a su hermano con tristeza.
--estás solo Emilio… siempre estarás solo.
Aunque se alegra por su hermano porqué está seguro que con ese hombre tan guapo a Joel se le van a olvidar todas sus penas. Joel se estremece al ver a Ricardo en el lavabo, entra y se pone muy cachondo al verlo con esa gorda trompa entre sus manos. Se pone a su lado, pegado a él. Joel se la mira con descaro. Recuerda su último encuentro, aunque ha pasado mucho tiempo decide arriesgarse. La imagen de esa pinga tan gorda es algo que le excita mucho. Le gustaría mucho que el sexo con otro hombre borrara las huellas de Carlos.
--¿Aún quieres que te la mame…?
Ricardo lo mira. Joel tiene miedo que no lo reconozca. Sí lo conoce. Le sonríe y esa sonrisa le gusta mucho a Joel. Divertido le dice:
--hombre, la virgencita…
--ya no soy virgen…
--así que ya has probado macho… ¿y te gustó? –dice seductor.
--tanto como me gustas tú… si me dejas te enseño lo que aprendí…--guinandole el ojo pícaro
--¿tú aquí? Has venido a ofenderme más?
Ella está muy triste y él se siente culpable por haber contribuido a hacerla sentir mal:
--he venido a pedirte perdón…
Y esa ternura que ve en el rostro del guapo chico es lo que necesita:
--después de comportarme como una cualquiera no puedo esperar que…
Sebastián no la deja seguir, le pone los dedos en los labios muy cariñosamente y con dulzura le dice:
--Sé que no me quieres pero sé que te puedo hacer feliz. ¿Te quieres casar conmigo?
Y Ariadna lo abraza, necesita refugiarse en él.
Días después… Joel hace sus maletas, está en el apartamento que alquiló. Emilio está con él.
--te voy a echar de menos… Me gustaría ir contigo… En estos días que hemos estado vivido acá te he aprendido a ver como a un verdadero hermano… si nada más… --Emilio.
Joel le sonríe con amargura, hay complicidad entre los dos:
--eso es bueno.
--Los dos hemos cambiado… tú ahora eres una persona normal que acepta su sexualidad, que he vivido un gran amor y ya no esconde nada…
Joel se lleva las manos al pecho:
--a Carlos lo voy a querer toda la vida…
--¿porqué no me dejas que vaya a ver si volvió con su ex? La casa creo que era de él…
--No creo que tuviera tanta cara, de todas formas si él no quiere saber de mí… yo tampoco quiero saber de él.
--no me gusta verte tan triste…
Joel sonríe con amargura.
--Voy a estar bien. No te preocupes por mí… quien sabe tal vez me vuelvo a enamorar…
Y Joel es lo que quiere, vivir un amor sin miedo, sin culpa pero Carlos se le ha clavado demasiado dentro y no cree que nunca se lo vaya a arrancar. Emilio le agarra la maleta, los dos hermanos salen muy juntos.
--aunque la vieja no quiera saber de nosotros no la desatiendas… --Joel.
--No tranquilo si bien que tira de la tarjeta, me parece que está viajando por todo el mundo… nos va a dejar en la ruina…
Joel mira a su hermano fraternalmente:
--tranquilo que hay mucho dinero y en todo caso el dinero es dinero…
Los dos hermanos van hacia el aeropuerto en un taxi.
--¿y te quedarás en la casa? no es bueno que esté vacía…
--esa casa la compramos para mamá… que ella decida lo que quiere hacer. Yo prefiere quedarme en tu apartamento. Así te lo cuido hasta que regresas… Espero que sea pronto…
Los dos hermanos se abrazan. Al llegar al aeropuerto, todo Emilio se estremece.
--Mira…
Y Joel reconoce ese culo. Es Ricardo. Ese hombre que fue el primero que le gustó de verdad. Joel se estremece. Eso es justo lo que necesita.
--hermano… dejame solo…
Los dos hermanos se miran con complicidad mientras que Joel va detrás de Ricardo. Emilio mira a su hermano con tristeza.
--estás solo Emilio… siempre estarás solo.
Aunque se alegra por su hermano porqué está seguro que con ese hombre tan guapo a Joel se le van a olvidar todas sus penas. Joel se estremece al ver a Ricardo en el lavabo, entra y se pone muy cachondo al verlo con esa gorda trompa entre sus manos. Se pone a su lado, pegado a él. Joel se la mira con descaro. Recuerda su último encuentro, aunque ha pasado mucho tiempo decide arriesgarse. La imagen de esa pinga tan gorda es algo que le excita mucho. Le gustaría mucho que el sexo con otro hombre borrara las huellas de Carlos.
--¿Aún quieres que te la mame…?
Ricardo lo mira. Joel tiene miedo que no lo reconozca. Sí lo conoce. Le sonríe y esa sonrisa le gusta mucho a Joel. Divertido le dice:
--hombre, la virgencita…
--ya no soy virgen…
--así que ya has probado macho… ¿y te gustó? –dice seductor.
--tanto como me gustas tú… si me dejas te enseño lo que aprendí…--guinandole el ojo pícaro
Ricardo se escurre la trompa:
--no me llamaste, me hubiera gustado ser yo el primero…
--¿y ya es tarde? Me gustaria relacionarme con alguien como tú…
--muchas veces he pensando en ti, me hubiera gustado coger contigo… --Ricardo.
--no me atreví a llamarte, pero te mandé un mensaje…
--¿eres tú el que me citabas aquí? Debí imaginarlo…
--Compré dos pasajes para Cancún con la esperanza que tú vinieras conmigo… ¿qué me dices?
Ricardo lo mira, no hay nadie. Le hace gestos para que vayan al baño. Los dos se encierran. Se besan apasionadamente. Aunque Joel hace intención de ir a mamársela, Ricardo se pone de rodillas. Joel siente algo de vergüenza al ser tocado por otro hombre, tiene miedo que él, que la tiene tan grande, se ría de sus medidas pero no es así. Ricardo traga esa trompa que se convierte en gigantesca. Una lluvia blanca cae sobre la cara de Ricardo. La saborea Luego Ricardo sonríe seductor mientras muestra su arma en toda su esplendor:
--ahora sí… mamamela… --dice con mirada de depravado.
Los dos se sonríen, ha pasado tanto tiempo que a los dos les cuesta creer que al fin su deseo se vaya a hacer realidad. Joel se esmera por chupársela con toda un profesional, aunque es el segundo chico al que le hace sexo oral no quiero que Ricardo vaya a pensar que es un inexperto. Los dos machos gozan y mucho. A Joel le encanta beber la leche de Ricardo. Le guiña el ojo. Salen los dos juntos.
--¿te vienes conmigo?
Joel tiene miedo que Ricardo no quiera con él, esa sonrisa seductora del guapo hombre le demuestra a Joel que aún tiene mucho por vivir, que puede gozar sin Carlos y desea gozar con Ricardo.
Carlos ha vuelto a su antigua casa. Siente que puede olvidar el pasado y volver a la vida de antes con Fátima pero no hay ni un solo día en el que Carlos no piense en Joel. Al entrar en la casa oye jadeos y se siente muy humillado al encontrar a su esposa fornicando con dos morenazos muy guapos.
--¿¡que haces, puta?
Los galanes se levanta mostrando sus grandes encantos, miran a Carlos con desprecio:
--así que este es el maricón con el que vives…
Carlos se pone muy violento:
--¿¡a quien llamas maricón?
Uno lo agarra por el cuello y el otro le da una patada a Carlos:
--¡¡a ti que no eres capaz de hacer el amor con tu mujer y ella no sabe como sacársete de encima¡
Carlos se siente humillado:
--¡¡esta es mi casa¡
Fátima se pone de lado de esos dos guapos:
--¡¡y por eso te acepté pero desde que volviste siempre te duele la cabeza¡¡
Carlos nunca se sintió tan humillado y es que aunque lo ha intentado nada es lo mismo. No puede estar con una mujer, porque su piel vibra pensando en Joel. Los dos guapos se muestran orgullosos:
--puedes venir a nuestra casa… ya sabemos como nos pagas… --el más moreno de piel con cara de pervertido.
--¡¡Ella no es una prostituta¡¡ --Carlos ofendido.
Fátima se le ríe y se va con los dos hombres para vivir con sus amantes. Carlos se queda como loco. Piensa en Joel, no quiere buscarlo aunque es lo que más desea.
--¡¡no soy gay… no¡
Y piensa en Noelia. sonríe:
--con tal que le reconozca al muchachito hará lo que yo quiero y la va a buscar…
Noelia tiene un nuevo amor, lo ve besándose con un hombre y ya no se atreve a acercarse a ella. La deja ser feliz. Se lleva las manos a la cabeza.
--¿¿qué me hiciste, cabrón?¿qué?
Unas lágrimas deslizan por los ojos de Carlos mientras piensa en Joel.
Emilio está sólo en el apartamento que alquiló su hermano. No sabe qué hacer. Sólo le quedaría pagar a otro hombre para que se acueste con él pero después de la experiencia con Carlos y Sebastián no es algo que le apetezca. Llaman al timbre. Se da cuenta que es Carlos y lo quiere abrir.
--¡¡vete¡
Carlos está muy ansioso:
--necesito hablar con tu hermano…
Emilio le abre la puerta:
--Joel no está, se fue de vacaciones…
Y para lastimar a Carlos le dice:
--ya te olvidó… tiene un nuevo novio… alguien que sí lo va a respectar, que nunca lo va a humillar, alguien que acepta que le gusta coger con él….
--vale soy maricón, es lo que queríais ¡¡pues sí acepto que necesito a tu hermano, que me gusta ser su amante¡
--Es una pena que él ya no quiera ser tu amante… él quiso algo más de ti… algo más que tú nunca podrás darle…
Emilio le cierra las puertas en las narices, las palabras de Emilio golpean en el alma a Carlos, Se le escapan algunas lágrimas. Piensa en los juegos sexuales vividos con Joel. Le gusta ser el primero, el único… Llora al imaginarse a Joel con otro.
--¡¡tiene que ser mentira, tiene que ser mentira¡
Carlos está muy atormentado. El haber alejado a Joel de su vida le está haciendo sacar todo ese amor que siempre tuvo por él aunque no lo quiso aceptar.
Joel en Cancún abraza a una nueva ilusión mientras que él y Ricardo fornican como bestias. Joel tiembla mientras siente como Ricardo entra en él, le cuesta acostumbrarse a su cuerpo. Ricardo es dulce, paciente. Luego los dos exploran sin barreras el cuerpo del otro. Así que mientras que Joel grita de placer Noelia da a luz a la segunda hija de Carlos…
Carlos investiga a Joel y se da cuenta que compró dos pasajes, uno al nombre de otro hombre. Llora sangre al pensar que Joel ya lo olvidó y otro hombre está gozando lo que él exploró por primera vez. Y desde muy adentro le sale un grito:
--¡¡te amooo¡
Y Joel está al lado de Ricardo que duerme en sus brazos. Aunque está gozando a su lado no puede evitar que se le escapa alguna lágrima pensando en Carlos. Le duele que no haya podido olvidar el rencor.
1 año después… Sebastián tiene a un recién nacido en brazos. Emilio está con él y le hace mimitos a su sobrino Sebastián. Sobre la tele hay la foto de la boda de Sebastián y Ariadna. En ese departamento que él le regaló a cambio de sexo. Aunque le gusta verlo feliz se siente solo.
--Me da pena que no hayas encontrado el amor… Ni siquiera has tenido sexo.. con otro hombre…
--dejaste el listón muy alto…
Sebastián deja a su bebé en la cuna no se da cuenta que su esposa acaba de llegar y con su hijo mayor lo está escuchando todo.
--Nunca pensé que se pudiera ser tan feliz, tener el amor de tu hermana… este hijo que me dio es lo más maravilloso del mundo pero siento culpa… si ella supiera que todo lo que tengo lo logré porque me acosté contigo…
Y Ariadna llora, Emilio trata de que Ariadna perdone a Sebastián, que piense que el dinero es de todos pues la herencia también le correspondería a ella, Sebastián trata de suplicarle amor pero muy ofendida Ariadna se va con sus hijos. Sebastián se queda solo. Emilio se siente muy culpable, aunque Sebastián no se lo echa en cara, siente que él le ha destruido la vida.
Se refugia en casa de su hermano que vive desde hace unos con Ricardo. Se le ve contento. Le cuenta lo que ha pasado.
--Nunca pensé que esto estuviera pasando…. Nunca debiste permitir esa boda…
--¡¡pero él la ama… es buena onda¡ ¡es el padre de su hijo¡ --Emilio.
--si pero es que después de lo que pasó con Carlos –y siempre que oye ese hombre siente una gran punzada en el alma-- ella se debe sentir muy humillada…
--¡¡yo estaba enamorado de él y renuncié a la único que me hacía feliz por ella… para que nuestra hermana sea feliz¡
Joel apoya su mano en el hombre de su hermano:
--yo hablaré con Ariadna, le haré ver que el amor es lo más…
--¿y qué hay de ti? Carlos te echa de menos… te necesita… quiere saber que le diga dónde vives…
Y Joel ha logrado lo estabilidad con Ricardo y no quiere volver a sufrir con Carlos.
--¡¡no se lo digas… no¡
Carlos le entrega a Emilio una carta a Joel en la que le pide perdón y le dice que está dispuesto a todo por él y aunque éste desea leerla no lo hace y la rompe y le pide a su hermano que se la lleve y nunca más le hable de Carlos. Emilio se da cuenta que su hermano no ha olvidado a Carlos y que Carlos está arrepentido.
--estoy enamorado de él ¡¡dile que haré lo que pida¡ --le suplica Carlos que lo va a buscar para saber que dijo de la carta.
A Emilio le impresione el que Carlos reconozca el amor por su hermano, su sinceridad y su miedo a haberlo perdido son sinceros.
--díselo tu…
Carlos ha vuelto a su antigua casa. Siente que puede olvidar el pasado y volver a la vida de antes con Fátima pero no hay ni un solo día en el que Carlos no piense en Joel. Al entrar en la casa oye jadeos y se siente muy humillado al encontrar a su esposa fornicando con dos morenazos muy guapos.
--¿¡que haces, puta?
Los galanes se levanta mostrando sus grandes encantos, miran a Carlos con desprecio:
--así que este es el maricón con el que vives…
Carlos se pone muy violento:
--¿¡a quien llamas maricón?
Uno lo agarra por el cuello y el otro le da una patada a Carlos:
--¡¡a ti que no eres capaz de hacer el amor con tu mujer y ella no sabe como sacársete de encima¡
Carlos se siente humillado:
--¡¡esta es mi casa¡
Fátima se pone de lado de esos dos guapos:
--¡¡y por eso te acepté pero desde que volviste siempre te duele la cabeza¡¡
Carlos nunca se sintió tan humillado y es que aunque lo ha intentado nada es lo mismo. No puede estar con una mujer, porque su piel vibra pensando en Joel. Los dos guapos se muestran orgullosos:
--puedes venir a nuestra casa… ya sabemos como nos pagas… --el más moreno de piel con cara de pervertido.
--¡¡Ella no es una prostituta¡¡ --Carlos ofendido.
Fátima se le ríe y se va con los dos hombres para vivir con sus amantes. Carlos se queda como loco. Piensa en Joel, no quiere buscarlo aunque es lo que más desea.
--¡¡no soy gay… no¡
Y piensa en Noelia. sonríe:
--con tal que le reconozca al muchachito hará lo que yo quiero y la va a buscar…
Noelia tiene un nuevo amor, lo ve besándose con un hombre y ya no se atreve a acercarse a ella. La deja ser feliz. Se lleva las manos a la cabeza.
--¿¿qué me hiciste, cabrón?¿qué?
Unas lágrimas deslizan por los ojos de Carlos mientras piensa en Joel.
Emilio está sólo en el apartamento que alquiló su hermano. No sabe qué hacer. Sólo le quedaría pagar a otro hombre para que se acueste con él pero después de la experiencia con Carlos y Sebastián no es algo que le apetezca. Llaman al timbre. Se da cuenta que es Carlos y lo quiere abrir.
--¡¡vete¡
Carlos está muy ansioso:
--necesito hablar con tu hermano…
Emilio le abre la puerta:
--Joel no está, se fue de vacaciones…
Y para lastimar a Carlos le dice:
--ya te olvidó… tiene un nuevo novio… alguien que sí lo va a respectar, que nunca lo va a humillar, alguien que acepta que le gusta coger con él….
--vale soy maricón, es lo que queríais ¡¡pues sí acepto que necesito a tu hermano, que me gusta ser su amante¡
--Es una pena que él ya no quiera ser tu amante… él quiso algo más de ti… algo más que tú nunca podrás darle…
Emilio le cierra las puertas en las narices, las palabras de Emilio golpean en el alma a Carlos, Se le escapan algunas lágrimas. Piensa en los juegos sexuales vividos con Joel. Le gusta ser el primero, el único… Llora al imaginarse a Joel con otro.
--¡¡tiene que ser mentira, tiene que ser mentira¡
Carlos está muy atormentado. El haber alejado a Joel de su vida le está haciendo sacar todo ese amor que siempre tuvo por él aunque no lo quiso aceptar.
Joel en Cancún abraza a una nueva ilusión mientras que él y Ricardo fornican como bestias. Joel tiembla mientras siente como Ricardo entra en él, le cuesta acostumbrarse a su cuerpo. Ricardo es dulce, paciente. Luego los dos exploran sin barreras el cuerpo del otro. Así que mientras que Joel grita de placer Noelia da a luz a la segunda hija de Carlos…
Carlos investiga a Joel y se da cuenta que compró dos pasajes, uno al nombre de otro hombre. Llora sangre al pensar que Joel ya lo olvidó y otro hombre está gozando lo que él exploró por primera vez. Y desde muy adentro le sale un grito:
--¡¡te amooo¡
Y Joel está al lado de Ricardo que duerme en sus brazos. Aunque está gozando a su lado no puede evitar que se le escapa alguna lágrima pensando en Carlos. Le duele que no haya podido olvidar el rencor.
1 año después… Sebastián tiene a un recién nacido en brazos. Emilio está con él y le hace mimitos a su sobrino Sebastián. Sobre la tele hay la foto de la boda de Sebastián y Ariadna. En ese departamento que él le regaló a cambio de sexo. Aunque le gusta verlo feliz se siente solo.
--Me da pena que no hayas encontrado el amor… Ni siquiera has tenido sexo.. con otro hombre…
--dejaste el listón muy alto…
Sebastián deja a su bebé en la cuna no se da cuenta que su esposa acaba de llegar y con su hijo mayor lo está escuchando todo.
--Nunca pensé que se pudiera ser tan feliz, tener el amor de tu hermana… este hijo que me dio es lo más maravilloso del mundo pero siento culpa… si ella supiera que todo lo que tengo lo logré porque me acosté contigo…
Y Ariadna llora, Emilio trata de que Ariadna perdone a Sebastián, que piense que el dinero es de todos pues la herencia también le correspondería a ella, Sebastián trata de suplicarle amor pero muy ofendida Ariadna se va con sus hijos. Sebastián se queda solo. Emilio se siente muy culpable, aunque Sebastián no se lo echa en cara, siente que él le ha destruido la vida.
Se refugia en casa de su hermano que vive desde hace unos con Ricardo. Se le ve contento. Le cuenta lo que ha pasado.
--Nunca pensé que esto estuviera pasando…. Nunca debiste permitir esa boda…
--¡¡pero él la ama… es buena onda¡ ¡es el padre de su hijo¡ --Emilio.
--si pero es que después de lo que pasó con Carlos –y siempre que oye ese hombre siente una gran punzada en el alma-- ella se debe sentir muy humillada…
--¡¡yo estaba enamorado de él y renuncié a la único que me hacía feliz por ella… para que nuestra hermana sea feliz¡
Joel apoya su mano en el hombre de su hermano:
--yo hablaré con Ariadna, le haré ver que el amor es lo más…
--¿y qué hay de ti? Carlos te echa de menos… te necesita… quiere saber que le diga dónde vives…
Y Joel ha logrado lo estabilidad con Ricardo y no quiere volver a sufrir con Carlos.
--¡¡no se lo digas… no¡
Carlos le entrega a Emilio una carta a Joel en la que le pide perdón y le dice que está dispuesto a todo por él y aunque éste desea leerla no lo hace y la rompe y le pide a su hermano que se la lleve y nunca más le hable de Carlos. Emilio se da cuenta que su hermano no ha olvidado a Carlos y que Carlos está arrepentido.
--estoy enamorado de él ¡¡dile que haré lo que pida¡ --le suplica Carlos que lo va a buscar para saber que dijo de la carta.
A Emilio le impresione el que Carlos reconozca el amor por su hermano, su sinceridad y su miedo a haberlo perdido son sinceros.
--díselo tu…
Ricardo y Joel están haciendo el amor cuando los interrumpe una serenata. Hacen el amor sin imaginar que es Carlos quien manda esa serenata.
--¡¡Joel… te amo¡
Y Los amantes se paran. Él sale a la ventana,. A pesar de las risas Carlos está delante de su edificio no le importa nada. Joel lo mira con lágrimas en los ojos. Ricardo desnudo se acerca a él:
--entre tú y yo no hay compromiso… ve por él… si lo quieres ver por él…
Joel se viste. Baja. Los dos ex amantes se miran con cierta timidez. Carlos se pone de rodillas, muestra un anillo:
--¿te quieres casar conmigo?
A pesar de la expectación que han creado nadie los rechaza, al contrario. Hay emoción. Lloroso Joel dice:
--sí.
Carlos le pone el anillo y los dos se besan apasionadamente. Ninguno de los dos se pueden creer que puedan vivir su amor sin miedo, sin culpa, sin secretos…
Semanas después, Joel y Carlos frente al juzgado.
--ya tenemos que entrar, mi amor…
Joel es feliz por tener el amor de ese chico que tanto le hizo sufrir le atormenta la soledad.
--es que no vino nadie...
Carlos le pone las manos en las mejillas:
--no me hagas esto… yo tengo 3 hijos que no me dejan ver, también he perdido mucho pero no me importa si el mundo me rechaza….
--si pero es que mi hermano me lo prometió…
Y en eso que llega Emilio. Carlos se lo agradece, así Joel no se siente tan mal. Emilio y Carlos se abrazan sin rencores. Emilio tiene a una niña de un año en brazos:
--aquí tienes a tu hija… Noelia dejará que la veas cuando quieras… además legalmente Joel es su padre.
Carlos se pone en cuclillas para mostrarse simpático ante su hija menor. Emilio besa a su hermano:
--no estés triste…
--es que nunca debí aceptar… no quiero enfrentarme a todo el mundo… todos me odian…
Carlos tiene miedo que Joel lo deje plantado pero no se atreve a pedirle nada. Es Emilio quien lo anima:
--mamá entenderá, algún día dejará de viajar y entenderá que se aman. Yo estoy seguro que en el fondo dejó libre a Carlos para que fuera tuyo… pero hay alguien a quien sí puede convencer…
Y aunque Ariadna ya ha olvidado a Carlos no lo quería cerca pero Emilio ha la convencido para que vaya. El bebé en sus brazos y el pequeño Joel en la mano, su tío lo agarra y se lo lleva al padre. Carlos está emocionado de tener a dos de sus hijos juntos. Ariadna anima a su hermano:
--que no te importe nada… se aman… ¡pues ya está¡
Con cariño Joel le dice:
--aplicate el cuento para Sebastián… yo me caso si tú me prometes que lo buscarás…
--está bien –dice ella sin pensar.
Entonces Emilio se mete:
--no hace falta…
Y a un gesto de Emilio aparece Sebastián. El matrimonio se mira a los ojos, él iba a hablar pero ella le pone al bebé en brazos y se besan apasionadamente. Y todos entran en la boda. Emilio siente un poco de celos al ver a sus hermanos felices con esos dos hombres que tanto le han gustado. Él está solo pero almenos es feliz por Ariadna que se ve muy enamorada con Sebastián que la adora. Carlos y Joel se ven tiernos, enamorados. Tomados de las manos. A ambos les ha costado mucho llegar a ese momento y los dos vibran con una mirada. El juez los declara unidos en matrimonio, Joel y Carlos se miran llorosos y se besan apasionadamente como una pareja normal que se ama, como dos personas libres que no le deben rendir cuentas a nadie solo uno al otro.
Fin
--¡¡Joel… te amo¡
Y Los amantes se paran. Él sale a la ventana,. A pesar de las risas Carlos está delante de su edificio no le importa nada. Joel lo mira con lágrimas en los ojos. Ricardo desnudo se acerca a él:
--entre tú y yo no hay compromiso… ve por él… si lo quieres ver por él…
Joel se viste. Baja. Los dos ex amantes se miran con cierta timidez. Carlos se pone de rodillas, muestra un anillo:
--¿te quieres casar conmigo?
A pesar de la expectación que han creado nadie los rechaza, al contrario. Hay emoción. Lloroso Joel dice:
--sí.
Carlos le pone el anillo y los dos se besan apasionadamente. Ninguno de los dos se pueden creer que puedan vivir su amor sin miedo, sin culpa, sin secretos…
Semanas después, Joel y Carlos frente al juzgado.
--ya tenemos que entrar, mi amor…
Joel es feliz por tener el amor de ese chico que tanto le hizo sufrir le atormenta la soledad.
--es que no vino nadie...
Carlos le pone las manos en las mejillas:
--no me hagas esto… yo tengo 3 hijos que no me dejan ver, también he perdido mucho pero no me importa si el mundo me rechaza….
--si pero es que mi hermano me lo prometió…
Y en eso que llega Emilio. Carlos se lo agradece, así Joel no se siente tan mal. Emilio y Carlos se abrazan sin rencores. Emilio tiene a una niña de un año en brazos:
--aquí tienes a tu hija… Noelia dejará que la veas cuando quieras… además legalmente Joel es su padre.
Carlos se pone en cuclillas para mostrarse simpático ante su hija menor. Emilio besa a su hermano:
--no estés triste…
--es que nunca debí aceptar… no quiero enfrentarme a todo el mundo… todos me odian…
Carlos tiene miedo que Joel lo deje plantado pero no se atreve a pedirle nada. Es Emilio quien lo anima:
--mamá entenderá, algún día dejará de viajar y entenderá que se aman. Yo estoy seguro que en el fondo dejó libre a Carlos para que fuera tuyo… pero hay alguien a quien sí puede convencer…
Y aunque Ariadna ya ha olvidado a Carlos no lo quería cerca pero Emilio ha la convencido para que vaya. El bebé en sus brazos y el pequeño Joel en la mano, su tío lo agarra y se lo lleva al padre. Carlos está emocionado de tener a dos de sus hijos juntos. Ariadna anima a su hermano:
--que no te importe nada… se aman… ¡pues ya está¡
Con cariño Joel le dice:
--aplicate el cuento para Sebastián… yo me caso si tú me prometes que lo buscarás…
--está bien –dice ella sin pensar.
Entonces Emilio se mete:
--no hace falta…
Y a un gesto de Emilio aparece Sebastián. El matrimonio se mira a los ojos, él iba a hablar pero ella le pone al bebé en brazos y se besan apasionadamente. Y todos entran en la boda. Emilio siente un poco de celos al ver a sus hermanos felices con esos dos hombres que tanto le han gustado. Él está solo pero almenos es feliz por Ariadna que se ve muy enamorada con Sebastián que la adora. Carlos y Joel se ven tiernos, enamorados. Tomados de las manos. A ambos les ha costado mucho llegar a ese momento y los dos vibran con una mirada. El juez los declara unidos en matrimonio, Joel y Carlos se miran llorosos y se besan apasionadamente como una pareja normal que se ama, como dos personas libres que no le deben rendir cuentas a nadie solo uno al otro.
Fin