domingo, 24 de mayo de 2020

Capítulo 1


Carlos y Emilio son dos hombres de 30 años. Coinciden desde hacen tiempo en una biblioteca pública. Carlos es muy atractivo y varonil, Emilio es más bien poco agraciado y muy afeminado. A Emilio, Carlos le gusta mucho y siempre que lo ve está pendiente por si va al lavabo... ir él detrás. Ese hombre le pone muy cachondo, ya hace tiempo que no lo logra ver como más le gusta. Emilio esa tarde tiene más ganas que nunca de que por fin ocurra. En el momento que Carlos va al lavabo, Emilio estaba algo despistado y teme no llegar a tiempo. Carlos está en los urinarios haciendo pis. No le extraña ver que Emilio se pone a su lado. Carlos no le hace gracia que ese tipo siempre lo siga pero lo finge con su mejor sonrisa. Emilio está feliz porque podré ver el arma más secreta de ese chico tan guapo que para él ya no es un secreto. Se la ha visto varias veces. Con sus 13 centímetros de larga y sus 4 y medio de grosor es la más larga de las muchas que ha visto. Tenía muchas ganas de ver la parte de Carlos que más le gusta aunque por decepción de él la tiene muy agarrada con las dos manos. Carlos tiene ganas de sacarse una duda:
--hace tiempo que no nos encontrábamos en estas...
Emilio se queda sorprendido, avergonzado. Le parece demasiado directo. No puede creer que el guapo hombre se refiera a lo que él piensa pero no encuentra otra posibilidad. Desde que lo conoce, Emilio ha deseado tener un acercamiento hacia Carlos. Nada le haría más feliz que poder estar sexualmente con él ni que fuera una sola vez. Prefiere jugarse y tomarse la frase de Carlos por su primera interpretación, que Carlos se da cuenta que Emilio lo ha seguido y teniendo en cuenta que lo ha hecho varias veces pues tampoco hay que pensar mucho para imaginarse eso. Muy excitado por hablar de ese tema mientras le mira su miembro viril a Carlos Emilio dice:
--de alguna manera me tengo que desahogar...
Y Emilio que sus únicas alegrías sexuales en varios años son estos encuentros en los lavabos con Carlos u otro chico guapo que se cruce en su camino, está deseando que Carlos deje que le haga a su cuerpo lo que más le apetezca. Y Emilio se da cuenta que no se equivocó, que Carlos se refería a eso.
--¿sólo mirando? –pregunta Carlos.
Emilio está muy nervioso, muy excitado. Hace mucho tiempo que no habla con un macizo y menos de esa manera.
--me gusta mucho...
--¿y miras mucho?
Y Carlos va siguiendo y Emilio también cada vez más encendido por las palabras y la visión. Tiene la esperanza que las palabras de Carlos tengan un porqué y cada vez es más descarado y es que está muy ansioso.
--pues sí, por ejemplo ahora a ti te la estoy mirando y me estoy poniendo muy cachondo...
Y Emilio está a mil, Carlos si está haciendo pis pero él no, y su entrepierna se está haciendo grande entre sus manos. Carlos se siente incómodo pero Emilio no se da cuenta que se está riendo de él. Además Carlos quería estar seguro que no se estaba equivocando. Se muestra simpático, sonríe aunque no es lo que siente.
--si ya veo...
Y la conversación se está alargando demasiado. Emilio desearía encerrarse en el wáter con ese hombre tan guapo y dejarse llevar por sus más bajos instintos. 
--y si alguien me deja hacerle algo más pues yo encantado.
Carlos quiere averiguar cuan lejos llegaría por sexo:
--¿y te hacen pagar?
Emilio se queda muy sorprendido por esta pregunta que no sabe a que viene. Le gustaría tener dinero para poder ofrecerle pero hace tiempo que por mucho que busca no encuentra trabajo.
--bueno no... tampoco podría pagar... y hace mucho que nada... y con alguien que me guste si tuviera si pagaría…
--¿y con quien?
--pues con cualquiera que me ha dejado pero hace mucho y ninguno me gustaba... ahora para estar con un chico que no me gusta pues prefiero solo mirar a los chicos guapos mientras mean y a ver si con suerte se la veo a alguien que me guste mucho... Mejor eso que nada... tampoco le hago daño a nadie...
Carlos siente un gran asco por ese chico, quería estar seguro si le podría sacar algo pero ya ve que no. Se aparta de él. Se sube la cremallera mientras le dice:
--a mi no me importa...
Carlos siempre se lava las manos después de hacer pis pero ese día no porque tiene demasiada prisa en irse. Emilio no se da cuenta, está excitado. Piensa que tal vez sí pueda lograr algo con el guapo Carlos. Aunque no se atreve le gustaría pedirle que ya que le da igual que se la mire o no pues deje que lo vea desnudo completamente ya que hace mucho que sus visiones se limitan a sólo el miembro y le gustaría ver la parte genital entera.
--Yo me conformo que los chicos guapos me dejen mirarles la trompa como a ti y si algún día alguien que me gusta mucho pues me deja algo pues yo lo que quiera...
--¿cómo quien?
Y Emilio está excitado:
--¡¡si me lo pregunta es porqué me va a dejar hacerle algo¡¡ --piensa para sí.
Para Emilio es como un sueño que después de años de espera por fin pueda tener en su "cama" a un chico guapo.
--tú eres el que más me gusta --dice sin vacilar-- eres el chico más guapo que he conocido... Tú me gustas mucho... Haría lo que fuera por ti.
Al ego de Carlos le gusta que Emilio lo haga sentir tan importante pero le incomoda la conversación. No quería nada en concreto con Emilio sólo saber dónde está parado.
--No me digas eso --dice Carlos en plan amable-- y con la puerta abierta... que cerramos las puertas y las luces y...
Carlos pone cara sensual. A Emilio le da pena pensar que alguien lo pueda haber escuchado pero le tranquiliza el hecho que la conversación está siendo comprometida a quien escucha por parte de los dos. Emilio no se da por vencido... en el fondo soñaba con acostarse con ese guapo o almenos darse alguna alegría con él.
--por mí yo encantado... me puedes hacer lo que quieras...
--Se agradece la sinceridad... yo no tengo ninguna inclinación hacia los hombres pero si algún dia me animo...
Emilio ya se baja de la nube. Se da cuenta que ese no va a ser su día de suerte. Emilio entonces se da cuenta que Carlos no está siendo sincero en su comprensión, que se lo quiere sacar de encima... Está seguro que Carlos sólo quería comprobar si sus sospechas eran ciertas y ahora no volverá a estar cerca de Emilio. Emilio se fija en el detalle que siempre se lava las manos durante un buen rato y ese día ha ido directo a la puerta... A Emilio le pone muy cachondo esa conversación con el guapo Carlos y ya que sabe no pasará nunca nada con ese guapo de entre los guapos, pues Emilio no lo deja escapar:
--total, él ha empezado... no haber comenzado si no estaba preparado para escuchar todo lo que tengo que decirle --dice Emilio para sí.
Emilio cierra la puerta. Carlos no dice nada y tiene que apartarse porque ya estaba apunto de salir. Carlos finge risa pero Emilio sí se da cuenta que está fingiendo.
--a mí lo que me gusta mucho es mamarla --dice Emilio que no quiere perder del todo la esperanza-- y total eso al que la recibe no compromete a nada..
--ya directamente... --dice Carlos incómodo-- si yo no estuviera casado...
Emilio sí sabía que vivía en pareja aunque no sí era legal o no.
--eso no importa dice... total sólo por una mamada...
Carlos tiene ganas de huir corriendo, de golpear a Emilio pero también acepta que ha sido su culpa y maldice su ocurrencia en hablar con él. Está deseando salir de ahí y abre la puerta. Ese hombre es muy guapo y tiene muy pero muy buen cuerpo y a Emilio no le gustaría quedarse con las ganas de verlo desnudo al completo. Sigue presionando:
--es que me gusta mucho mucho tu trompa... es tan grande... es la más grande que he visto nunca...
--todas son iguales --dice Carlos con ganas de olvidar esa conversación.
Emilio insiste:
--no, no... que la mía es muy pequeña y casi todas las que he visto también... la tuya es muy muy grande me gusta mucho...
--si? no creo...
Carlos está ya con la puerta abierta con la esperanza que Emilio se calle pero Emilio está tan excitado que ya no se puede callar.
--pues cuando quieras comparamos...
Carlos no sabe como sacárselo de encima y ya empieza a caminar. Ese hombre le gusta mucho y la excitación lo ha puesto a mil y le va detrás.
--si no estuviera casado --dice Carlos para marcar la distancia.
--¡eso a mí no me importa¡ ¡por una mamada no pasaría nada¡ ¡¡tu mujer no se enteraría...¡
--¡que nos conocemos desde hace nada¡ --en realidad hace 3 años de la primera vez que Emilio se la vio y que van coincidiendo en esa biblioteca.
Carlos ya pasa de Emilio y Emilio ya se queda resignado pero le dice:
--bueno... hasta que nos volvamos a encontrar...
Emilio le quiere dejar claro que ya que no le importa seguirá siguiéndolo todo lo que quiera.
La sonrisa de Carlos ya se ve muy forzada. Carlos ya se aleja deprisa, Emilio sabe que su descaro ha molestado a Carlos y tiene miedo que él se haya enojado con él, que tome represalias:
--pero ha merecido la pena...
Emilio se da cuenta que Carlos recoge sus cosas y se va. Entonces Emilio que no puede más vuelve al lavabo y se masturba en el mismo lugar dónde ha hecho pis Carlos muy excitado por su encuentro.


Por otro lado, en un hogar sencillo, un chico muy guapo, de unos impresionantes ojos, de no más de 20 y algo está muy triste sobre su cama. Su madre entra al cuarto.
--hijo, ya no estés tan triste... 
El chico mira a su madre con reproche:
--¿¿es que a ti no te duele que se muriera papá?
En realidad las cosas entre el matrimonio no funcionaban y para la mujer fue una liberación:
--pero es que han pasado 3 meses... Sé que te impresionó mucho que papá muriera en tus brazos pero te tienes que recuperar... ¿o es que te dijo algo que..?
El guapo chico se levanta:
--¡¡vete... vete¡
--¡Joel, no hace falta que seas grosero¡
--¡¡pues dejame en paz¡
Su madre se queda preocupada pero se va. Joel cierra la puerta. LLora. Está atormentando por las palabras de su padre en su lecho de muerte... Con un hilo de voz el padre le dijo:
--soy gay... la amante de la que tanto habló tu madre es un hombre aunque ella no lo sabe pero necesito que tú lo sepas...
Esa confesión fue un duro golpe para Joel al que siempre le había gustado mucho ver a sus compañeros desnudos en la ducha aunque lo queria negar.
--no sigas papá...
--Necesito hablar, confesarme contigo...
El guapo chico llora mientras su padre sigue:
--confesar como agarré sida... 
Y Joel llora abrazado a su padre:
--¡¡eso no papá.... no¡
--fue uno de los muchos hombres con los que me acosté en cualquier lavabo público...
Joel llora atormentado. Se seca sus lágrimas:
--¡¡no quiero seguir escuchando¡
Joel se va a ir. Aunque está muy débil, el padre del muchacho le agarra del brazo:
--cuidate... con un hijo gay tenemos bastante... 
Joel se para sorprendido, nunca imaginó que su padre supiera de sus dudas. El moribundo sigue hablando:
-- Vale que Emilio sea gay... siempre lo supimos pero tú no...
Joel siente vergüenza y quiere negar lo que él:
--yo no soy gay...
--he visto como miras a los hombres... eres como yo a tu edad... lucha contra eso...No quiero que acabes como yo... No me gustaría que mis dos hijos machos fueran gays... No es hereditario... es casualidad... ¡¡y no puede ser¡¡ ¡¡no dejes que tal vez las influencias de Emilio te hagan llevar un camino equivocado... cuando te acuestes con un hombre... yo sé que a ti te gustará y entonces estarás perdido... Nadie más se ha dado cuenta... hazle caso a la vecina... hazla tu novia... cásate con ella... Ella te ayudará a no equivocarte... No quiero morirme sabiendo que ninguno de mis hijos me dará nietos...
Joel Llora:
--no... nunca estaré con un hombre...
Y aunque no es cierto dice:
--no me gustan los hombres...
Pero el hombre ya no lo puede escuchar porque fallece ante un atormentado Joel. La confesión de su padre, el tener que luchar contra lo que él siente es algo que le quema por dentro, que no ha compartido con nadie y lo está destruyendo... LLora sangre.





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