lunes, 25 de mayo de 2020

Capítulo 46 y último

Ariadna mira muy sorprendida a Sebastián:
--¿tú aquí? Has venido a ofenderme más?
Ella está muy triste y él se siente culpable por haber contribuido a hacerla sentir mal:
--he venido a pedirte perdón…
Y esa ternura que ve en el rostro del guapo chico es lo que necesita:
--después de comportarme como una cualquiera no puedo esperar que…
Sebastián no la deja seguir, le pone los dedos en los labios muy cariñosamente y con dulzura le dice:
--Sé que no me quieres pero sé que te puedo hacer feliz. ¿Te quieres casar conmigo?
Y Ariadna lo abraza, necesita refugiarse en él.

Días después… Joel hace sus maletas, está en el apartamento que alquiló. Emilio está con él.
--te voy a echar de menos… Me gustaría ir contigo… En estos días que hemos estado vivido acá te he aprendido a ver como a un verdadero hermano… si nada más… --Emilio.
Joel le sonríe con amargura, hay complicidad entre los dos:
--eso es bueno.
--Los dos hemos cambiado… tú ahora eres una persona normal que acepta su sexualidad, que he vivido un gran amor y ya no esconde nada…
Joel se lleva las manos al pecho:
--a Carlos lo voy a querer toda la vida…
--¿porqué no me dejas que vaya a ver si volvió con su ex? La casa creo que era de él…
--No creo que tuviera tanta cara, de todas formas si él no quiere saber de mí… yo tampoco quiero saber de él.
--no me gusta verte tan triste…
Joel sonríe con amargura.
--Voy a estar bien. No te preocupes por mí… quien sabe tal vez me vuelvo a enamorar…
Y Joel es lo que quiere, vivir un amor sin miedo, sin culpa pero Carlos se le ha clavado demasiado dentro y no cree que nunca se lo vaya a arrancar. Emilio le agarra la maleta, los dos hermanos salen muy juntos.
--aunque la vieja no quiera saber de nosotros no la desatiendas… --Joel.
--No tranquilo si bien que tira de la tarjeta, me parece que está viajando por todo el mundo… nos va a dejar en la ruina…
Joel mira a su hermano fraternalmente:
--tranquilo que hay mucho dinero y en todo caso el dinero es dinero…
Los dos hermanos van hacia el aeropuerto en un taxi.
--¿y te quedarás en la casa? no es bueno que esté vacía…
--esa casa la compramos para mamá… que ella decida lo que quiere hacer. Yo prefiere quedarme en tu apartamento. Así te lo cuido hasta que regresas… Espero que sea pronto…
Los dos hermanos se abrazan. Al llegar al aeropuerto, todo Emilio se estremece.
--Mira…
Y Joel reconoce ese culo. Es Ricardo. Ese hombre que fue el primero que le gustó de verdad. Joel se estremece. Eso es justo lo que necesita.
--hermano… dejame solo…
Los dos hermanos se miran con complicidad mientras que Joel va detrás de Ricardo. Emilio mira a su hermano con tristeza.
--estás solo Emilio… siempre estarás solo.
Aunque se alegra por su hermano porqué está seguro que con ese hombre tan guapo a Joel se le van a olvidar todas sus penas. Joel se estremece al ver a Ricardo en el lavabo, entra y se pone muy cachondo al verlo con esa gorda trompa entre sus manos. Se pone a su lado, pegado a él. Joel se la mira con descaro. Recuerda su último encuentro, aunque ha pasado mucho tiempo decide arriesgarse. La imagen de esa pinga tan gorda es algo que le excita mucho. Le gustaría mucho que el sexo con otro hombre borrara las huellas de Carlos.
--¿Aún quieres que te la mame…?
Ricardo lo mira. Joel tiene miedo que no lo reconozca. Sí lo conoce. Le sonríe y esa sonrisa le gusta mucho a Joel. Divertido le dice:
--hombre, la virgencita…
--ya no soy virgen…
--así que ya has probado macho… ¿y te gustó? –dice seductor.
--tanto como me gustas tú… si me dejas te enseño lo que aprendí…--guinandole el ojo pícaro



Ricardo se escurre la trompa:
--no me llamaste, me hubiera gustado ser yo el primero…
--¿y ya es tarde? Me gustaria relacionarme con alguien como tú…
--muchas veces he pensando en ti, me hubiera gustado coger contigo… --Ricardo.
--no me atreví a llamarte, pero te mandé un mensaje…
--¿eres tú el que me citabas aquí? Debí imaginarlo…
--Compré dos pasajes para Cancún con la esperanza que tú vinieras conmigo… ¿qué me dices?
Ricardo lo mira, no hay nadie. Le hace gestos para que vayan al baño. Los dos se encierran. Se besan apasionadamente. Aunque Joel hace intención de ir a mamársela, Ricardo se pone de rodillas. Joel siente algo de vergüenza al ser tocado por otro hombre, tiene miedo que él, que la tiene tan grande, se ría de sus medidas pero no es así. Ricardo traga esa trompa que se convierte en gigantesca. Una lluvia blanca cae sobre la cara de Ricardo. La saborea  Luego Ricardo sonríe seductor mientras muestra su arma en toda su esplendor:
--ahora sí… mamamela… --dice con mirada de depravado.
Los dos se sonríen, ha pasado tanto tiempo que a los dos les cuesta creer que al fin su deseo se vaya a hacer realidad. Joel se esmera por chupársela con toda un profesional, aunque es el segundo chico al que le hace sexo oral no quiero que Ricardo vaya a pensar que es un inexperto. Los dos machos gozan y mucho. A Joel le encanta beber la leche de Ricardo. Le guiña el ojo. Salen los dos juntos.
--¿te vienes conmigo?
Joel tiene miedo que Ricardo no quiera con él, esa sonrisa seductora del guapo hombre le demuestra a Joel que aún tiene mucho por vivir, que puede gozar sin Carlos y desea gozar con Ricardo.

Carlos ha vuelto a su antigua casa. Siente que puede olvidar el pasado y volver a la vida de antes con Fátima pero no hay ni un solo día en el que Carlos no piense en Joel. Al entrar en la casa oye jadeos y se siente muy humillado al encontrar a su esposa fornicando con dos morenazos muy guapos.
--¿¡que haces, puta?
Los galanes se levanta mostrando sus grandes encantos, miran a Carlos con desprecio:
--así que este es el maricón con el que vives…
Carlos se pone muy violento:
--¿¡a quien llamas maricón?
Uno lo agarra por el cuello y el otro le da una patada a Carlos:
--¡¡a ti que no eres capaz de hacer el amor con tu mujer y ella no sabe como sacársete de encima¡
Carlos se siente humillado:
--¡¡esta es mi casa¡
Fátima se pone de lado de esos dos guapos:
--¡¡y por eso te acepté pero desde que volviste siempre te duele la cabeza¡¡
Carlos nunca se sintió tan humillado y es que aunque lo ha intentado nada es lo mismo. No puede estar con una mujer, porque su piel vibra pensando en Joel. Los dos guapos se muestran orgullosos:
--puedes venir a nuestra casa… ya sabemos como nos pagas… --el más moreno de piel con cara de pervertido.
--¡¡Ella no es una prostituta¡¡ --Carlos ofendido.
Fátima se le ríe y se va con los dos hombres para vivir con sus amantes. Carlos se queda como loco. Piensa en Joel, no quiere buscarlo aunque es lo que más desea.
--¡¡no soy gay… no¡
Y piensa en Noelia. sonríe:
--con tal que le reconozca al muchachito hará lo que yo quiero y la va a buscar…
Noelia tiene un nuevo amor, lo ve besándose con un hombre y ya no se atreve a acercarse a ella. La deja ser feliz. Se lleva las manos a la cabeza.
--¿¿qué me hiciste, cabrón?¿qué?
Unas lágrimas deslizan por los ojos de Carlos mientras piensa en Joel.

Emilio está sólo en el apartamento que alquiló su hermano. No sabe qué hacer. Sólo le quedaría pagar a otro hombre para que se acueste con él pero después de la experiencia con Carlos y Sebastián no es algo que le apetezca. Llaman al timbre. Se da cuenta que es Carlos y lo quiere abrir.
--¡¡vete¡
Carlos está muy ansioso:
--necesito hablar con tu hermano…
Emilio le abre la puerta:
--Joel no está, se fue de vacaciones…
Y para lastimar a Carlos le dice:
--ya te olvidó… tiene un nuevo novio… alguien que sí lo va a respectar, que nunca lo va a humillar, alguien que acepta que le gusta coger con él….
--vale soy maricón, es lo que queríais ¡¡pues sí acepto que necesito a tu hermano, que me gusta ser su amante¡
--Es una pena que él ya no quiera ser tu amante… él quiso algo más de ti… algo más que tú nunca podrás darle…
Emilio le cierra las puertas en las narices, las palabras de Emilio golpean en el alma a Carlos, Se le escapan algunas lágrimas. Piensa en los juegos sexuales vividos con Joel. Le gusta ser el primero, el único… Llora al imaginarse a Joel con otro.
--¡¡tiene que ser mentira, tiene que ser mentira¡
Carlos está muy atormentado. El haber alejado a Joel de su vida le está haciendo sacar todo ese amor que siempre tuvo por él aunque no lo quiso aceptar.


Joel en Cancún abraza a una nueva ilusión mientras que él y Ricardo fornican como bestias. Joel tiembla mientras siente como Ricardo entra en él, le cuesta acostumbrarse a su cuerpo. Ricardo es dulce, paciente. Luego los dos exploran sin barreras el cuerpo del otro. Así que mientras que Joel grita de placer Noelia da a luz a la segunda hija de Carlos…

Carlos investiga a Joel y se da cuenta que compró dos pasajes, uno al nombre de otro hombre. Llora sangre al pensar que Joel ya lo olvidó y otro hombre está gozando lo que él exploró por primera vez. Y desde muy adentro le sale un grito:
--¡¡te amooo¡
Y Joel está al lado de Ricardo que duerme en sus brazos. Aunque está gozando a su lado no puede evitar que se le escapa alguna lágrima pensando en Carlos. Le duele que no haya podido olvidar el rencor.

1 año después… Sebastián tiene a un recién nacido en brazos. Emilio está con él y le hace mimitos a su sobrino Sebastián. Sobre la tele hay la foto de la boda de Sebastián y Ariadna. En ese departamento que él le regaló a cambio de sexo. Aunque le gusta verlo feliz se siente solo.
--Me da pena que no hayas encontrado el amor… Ni siquiera has tenido sexo.. con otro hombre…
--dejaste el listón muy alto…
Sebastián deja a su bebé en la cuna no se da cuenta que su esposa acaba de llegar y con su hijo mayor lo está escuchando todo.
--Nunca pensé que se pudiera ser tan feliz, tener el amor de tu hermana… este hijo que me dio es lo más maravilloso del mundo pero siento culpa… si ella supiera que todo lo que tengo lo logré porque me acosté contigo…
Y Ariadna llora, Emilio trata de que Ariadna perdone a Sebastián, que piense que el dinero es de todos pues la herencia también le correspondería a ella, Sebastián trata de suplicarle amor pero muy ofendida Ariadna se va con sus hijos. Sebastián se queda solo. Emilio se siente muy culpable, aunque Sebastián no se lo echa en cara, siente que él le ha destruido la vida.

Se refugia en casa de su hermano que vive desde hace unos con Ricardo. Se le ve contento. Le cuenta lo que ha pasado.
--Nunca pensé que esto estuviera pasando…. Nunca debiste permitir esa boda…
--¡¡pero él la ama… es buena onda¡ ¡es el padre de su hijo¡ --Emilio.
--si pero es que después de lo que pasó con Carlos –y siempre que oye ese hombre siente una gran punzada en el alma-- ella se debe sentir muy humillada…
--¡¡yo estaba enamorado de él y renuncié a la único que me hacía feliz por ella… para que nuestra hermana sea feliz¡
Joel apoya su mano en el hombre de su hermano:
--yo hablaré con Ariadna, le haré ver que el amor es lo más…
--¿y qué hay de ti? Carlos te echa de menos… te necesita… quiere saber que le diga dónde vives…
Y Joel ha logrado lo estabilidad con Ricardo y no quiere volver a sufrir con Carlos.
--¡¡no se lo digas… no¡
Carlos le entrega a Emilio una carta a Joel en la que le pide perdón y le dice que está dispuesto a todo por él y aunque éste desea leerla no lo hace y la rompe y le pide a su hermano que se la lleve y nunca más le hable de Carlos. Emilio se da cuenta que su hermano no ha olvidado a Carlos y que Carlos está arrepentido.
--estoy enamorado de él ¡¡dile que haré lo que pida¡ --le suplica Carlos que lo va a buscar para saber que dijo de la carta.
A Emilio le impresione el que Carlos reconozca el amor por su hermano, su sinceridad y su miedo a haberlo perdido son sinceros.
--díselo tu…









Ricardo y Joel están haciendo el amor cuando los interrumpe una serenata. Hacen el amor sin imaginar que es Carlos quien manda esa serenata.
--¡¡Joel… te amo¡
Y Los amantes se paran. Él sale a la ventana,. A pesar de las risas Carlos está delante de su edificio no le importa nada. Joel lo mira con lágrimas en los ojos. Ricardo desnudo se acerca a él:
--entre tú y yo no hay compromiso… ve por él… si lo quieres ver por él…
Joel se viste. Baja. Los dos ex amantes se miran con cierta timidez. Carlos se pone de rodillas, muestra un anillo:
--¿te quieres casar conmigo?
A pesar de la expectación que han creado nadie los rechaza, al contrario. Hay emoción. Lloroso Joel dice:
--sí.
Carlos le pone el anillo y los dos se besan apasionadamente. Ninguno de los dos se pueden creer que puedan vivir su amor sin miedo, sin culpa, sin secretos…

Semanas después, Joel y Carlos frente al juzgado.
--ya tenemos que entrar, mi amor…
Joel es feliz por tener el amor de ese chico que tanto le hizo sufrir le atormenta la soledad.
--es que no vino nadie...
Carlos le pone las manos en las mejillas:
--no me hagas esto… yo tengo 3 hijos que no me dejan ver, también he perdido mucho pero no me importa si el mundo me rechaza….
--si pero es que mi hermano me lo prometió…
Y en eso que llega Emilio. Carlos se lo agradece, así Joel no se siente tan mal. Emilio y Carlos se abrazan sin rencores. Emilio tiene a una niña de un año en brazos:
--aquí tienes a tu hija… Noelia dejará que la veas cuando quieras… además legalmente Joel es su padre.
Carlos se pone en cuclillas para mostrarse simpático ante su hija menor. Emilio besa a su hermano:
--no estés triste…
--es que nunca debí aceptar… no quiero enfrentarme a todo el mundo… todos me odian…
Carlos tiene miedo que Joel lo deje plantado pero no se atreve a pedirle nada. Es Emilio quien lo anima:
--mamá entenderá, algún día dejará de viajar y entenderá que se aman. Yo estoy seguro que en el fondo dejó libre a Carlos para que fuera tuyo… pero hay alguien a quien sí puede convencer…
Y aunque Ariadna ya ha olvidado a Carlos no lo quería cerca pero Emilio ha la convencido para que vaya. El bebé en sus brazos y el pequeño Joel en la mano, su tío lo agarra y se lo lleva al padre. Carlos está emocionado de tener a dos de sus hijos juntos. Ariadna anima a su hermano:
--que no te importe nada… se aman… ¡pues ya está¡
Con cariño Joel le dice:
--aplicate el cuento para Sebastián… yo me caso si tú me prometes que lo buscarás…
--está bien –dice ella sin pensar.
Entonces Emilio se mete:
--no hace falta…
Y a un gesto de Emilio aparece Sebastián. El matrimonio se mira a los ojos, él iba a hablar pero ella le pone al bebé en brazos y se besan apasionadamente. Y todos entran en la boda. Emilio siente un poco de celos al ver a sus hermanos felices con esos dos hombres que tanto le han gustado. Él está solo pero almenos es feliz por Ariadna que se ve muy enamorada con Sebastián que la adora. Carlos y Joel se ven tiernos, enamorados. Tomados de las manos. A ambos les ha costado mucho llegar a ese momento y los dos vibran con una mirada. El juez los declara unidos en matrimonio, Joel y Carlos se miran llorosos y se besan apasionadamente como una pareja normal que se ama, como dos personas libres que no le deben rendir cuentas a nadie solo uno al otro.



Fin

Capítulo 45



Aunque su venganza ya tenía previsto que Soledad se enterara de todo, Carlos siente vergüenza de haber sido descubierto besando a un hombre, además un hombre como Joel que le gusta mucho. Sí le da un poco de pena Joel que está destrozado por el dolor que ha ocasionado a su madre.
--mamá… mamá…
Joel mira a Carlos:
--no responde… ¡¡no responde¡
Joel está desesperado. Suplica a su amante que lo ayude pero Carlos está paralizado. Soledad abre los ojos, está en brazos de su hijo que la mira con cariño:
--mamita, que susto que diste…
Soledad lo bofetea y se aparta de él:
--¡¡no me toques… tú no eres mi hijo¡¡ ¡¡tú eres un maricón…¡¡
Joel mira a su madre llorando:
--¡¡no me trates así… deja que te explique¡
--¡¡maricón… pervertido… para mí estás muerto¡¡ ¡¡yo sólo tengo una hija, mi Carlita¡
Emilio llega en ese momento con Ariadna que lleva a su pequeño:
--mamá, te traigo a tu nieto como me pediste…
Carlos sonríe con amargura. Joel se lleva las manos a la cabeza, es lo que faltaba. Emilio y Ariadna no entienden nada. Soledad se enfrenta a ellos:
--¡¡puta, maricón…¡¡ ¡¡los 3… los 3 se acostaron con mi marido¡
Emilio y Joel se miran con pena. Ariadna tiene el rostro desencajado:
--¡¡¿¿cómo dices?¡
Soledad está como loca:
--¡¡tú eres una puta y yo te creía una santa y te le regalaste a mi marido¡
Ariadna angustiada:
--deja que te explique…
Soledad está destrozada:
--¡¡quiero que se vayan, no les quiero ver más en mi casa¡
Soledad sube al dormitorio. Ninguno se atreve a seguirla. Ariadna mira a sus hermanos, espera una explicación y Emilio se la da:
--yo le pagué una fortuna a Carlos por acostarse conmigo y a él le dolió que le gustara, descubrir que es gay como Joel y yo y decidió vengarse de toda la familia…
--Y yo me enamoré de él… Somos amantes –Joel.
Carlos no dice nada, no sabe qué decir, qué hacer. Ahora que todo se ha descubierto no sabe lo que debe hacer. Ariadna se va muy alterada, aunque no lo quiere cerca, Emilio detrás de él. Joel y Carlos se miran.
--¿y ahora qué?
Carlos no dice nada. Joel lo besa en los labios, lo acaricia:
--Yo te amo Carlos… ¿porqué no nos vamos de viaje? ¡olvidemos todo esto¡
--¿¿cómo una pareja de maricones?
Joel lo acaricia, trata de hacerle sentir su amor pero la mirada de Carlos es dura:
--como dos personas que se quieren y se respectan…
--¡¡sólo fue sexo… parte de mi venganza¡¡
--¿estás seguro?
Con mucho dolor Carlos dice:
--sí.
--Entonces no nos volveremos a ver.
Se hace un silencio en el que Carlos desea lanzarse en brazos de ese joven tan guapo y que se le ha metido tan a dentro. Joel resignado se va. No mira atrás porque aún podría dejarse llevar, aunque sabe que Carlos quería con él sabe que mientras lo odie no podrán tener una relación sana y ahora que todo se ha descubierto es lo que quiere. Carlos solo y abandonado. No sabe qué hacer llora.
--¡¡Maldita sea¡¡ ¡¡maldita sea¡
Se golpea el pecho atormentado pensando en Joel
--¡¡¿porqué te tuviste que meter aquí maldito maricón, porqué?¡¡
Carlos llora atormentado por un sentimiento fuerte y profundo hacia Joel que ha tratado de borrar porque ese amor corre por sus venas. Joel da un golpe en el volante. Se siente mal por su madre, por su hermana, por esos hijos de Carlos, por él… Se siente culpable por amarlo pero lo ama y por eso amor pasaría por encima de todo, incluso de su madre y de esos niños. Golpea el volante con dolor porque le da rabia que Carlos no se la juegue con su amor…

Emilio trata de hablar con Ariadna pero ésta está muy alterada. Finalmente éste le pide que se quede con su hijo el pequeño Joel.
--¿¿dónde vas?
Ariadna se seca las lágrimas. Siente una gran amargura.
--¡¡estaré bien¡

Sebastián está desnudo en su departamento. Llaman al timbre. Se pone una toalla y va a abrir. 
--¿tú?
Mira a Ariadna con amor, con dolor. Los meses han aumentado el amor que él siente por ella y también el dolor por todo lo que sabe de ella. Y Ariadna está muy despechada:
--¡¡hazme tuya….¡¡¡quiero ser tuya¡¡
Sebastián está muy sorprendido cuando Ariadna como si fuera una mujer experta. Ella le saca la toalla y se deja llevar por la lujuria que un hombre tan extremadamente guapo como Sebastián despertaría a cualquiera. Y él desnudo frente a esa joven tan bella no se le puede resistir y la desnuda y hacen el amor con pasión. Mientras él se estremece ella se viste. Siente vergüenza.
--no te vayas…
--¡es mejor que olvides esto¡ --dice ella entre lágrimas.
--¿Cuándo nos volveremos a ver?
--Nunca.
Y Sebastián dice:
--¡¡eres una puta… ¿¡esto es lo que haces a todos los hombres?¡
Y Ariadna llora:
--¡sí… soy una puta¡¡ ¡¡eso soy¡
Y el dolor de Ariadna impacta a Sebastián.
--yo es que…
Ariadna se siente mal por las palabras de su madre, por ese momento de locura que aún la ha hundido más. Él la va acariciar.
--¡¡dejame… dejame¡
Ariadna da una patada en los genitales y se va atormentada. Sebastián se queda retorciéndose de dolor. Emilio lo va a ver después que llegue su hermana. Se lo encuentra mal pero no quiere que Emilio le diga nada y hacen el amor. Luego él se da la vuelta, se le escapa algunas lágrimas pensando en Ariadna. Ha sido feliz en sus brazos pero le ha dolido ofenderla. Emilio lo abraza por la espalda:
--¿¡qué te ocurre?¡
Sebastián se levanta:
--nada, será que te puedo pedir que te vayas?
Emilio sabe que sufre y le duele no poder ayudarlo.
--claro, tú me puedes pedir lo que quieres –le dice Emilio vistiéndose.
De repente ve una medalla y se horroriza:
--¡¡esta medalla es de mi hermana¡
Sebastián se sienta en la cama y abatido y lloroso dice:
--hice el amor con tu hermana…
--¿¿qué?
--¡¡es que me enamoré de ella y me volví loco cuando supe que era tu hermana y todo su pasado¡
--¿Cuándo fue eso?
--lo descubrí la primera vez que me acosté contigo…
--¿fue por eso?
Sebastián se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡es que me volví loco y ahora ella se me regaló y yo la ofendí porque no me quiere volver a ver y yo cómo la juzgo si soy tu amante¡
Emilio se sienta a su lado, lo acaricia con cariño. Le hace entender que su hermana no es una cualquiera, que se enamoró de Carlos y que ahora él ha sido su segundo hombre, que le ha impactado mucho saber que Carlos se acostó con sus hermanos:
--no la dejes sola… apoyala…
Lloroso Sebastián le dice:
--pero después de amar al marido de su madre ¿cómo me le acerco yo si soy tu amante…?
--¿y eso quien lo va a saber?
Y Emilio se ha enamorado de ese joven y es un amor que calla y por eso quiere ser feliz. Le agarra de las manos:
--no dudo que tú sabrás como luchar por el amor de la mujer que amas… olvida esto nuestro… yo no te conozco… no te he visto en mi vida…
--¿y toda la fortuna que me has dado?
Emilio le sonríe:
--un regalo para mi cuñado…
--¿y engañar a Ariadna?
--sí la haces feliz y tú y yo no nos volvemos a ver… ¿dónde está el engaño?
Los dos se abrazan. Sebastián se pone unos jeans y una camiseta y se va a toda prisa. Emilio va tras él. Le duele saber que lo ha perdido para siempre.

Capítulo 44






Sebastián ha ido logrando un pequeño acercamiento con Ariadna pero ella sólo lo ve como a un amigo.
--tengo que animarme y decirle que me gusta –se dice Sebastián esa mañana mientras le compra flores.
Va a buscarla dispuesto a declararse. Justo frente al edificio en el que vive la joven la ve hablando con Emilio. Sebastián no da crédito a lo que oye. Piensa en de qué se deben conocer esos dos, en que deben estar hablando. Por un momento Sebastián se asusta:
--¿y si es un loco? ¿y si me ha estado siguiendo y ahora le está contando todo?
A Sebastián le da horror que esa joven que le gusta sepa como se gana la vida. Pero de repente como un flash recuerda:
--¡¡es Emilio Soros¡¡
Y piensa en que cuando vio el nombre de Ariadna en la placa de su buzón se le hizo familiar. Se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡son hermanos… sí son hermanos¡
Hasta se le hacen parecido:
--¿¿cómo no me di cuenta antes?
Huye sin que lo vean. Corre. Está desesperado. Le duele mucho pensar que esa joven que le gusta tanto sea la hermana del hombre que le gustó, que es monja y que espera un hijo del marido de su madre. El guapo joven corre, llora. No sabe qué hacer. Regresa a su casa con una gran angustia y empieza a vaciar todo el bar que tiene en casa. Emilio se lo encuentra totalmente borracho. Le preocupa ver que sufre pero no logra que le cuenta lo que le pasa. Sebastián está dolido con Ariadna, con el mundo. Abatido le dice a Emilio:
--si quieres haz conmigo lo que quieras…
--estás borracho…
--pero puedo hacerte el amor.
Y Emilio lo está amando y no desea otra cosa pero le asusta pensar que luego Sebastián lo vaya a odiar por aprovecharse de él.
--seguro?
--mientras no te la tenga que mamar ni me rompas el culo…
--lo que tú no quieras no lo hacemos…
Sebastián llora por dentro pensando en Ariadna pero le tiene cariño a Emilio y le regala la noche de amor con la que siempre soñó. Emilio llora de felicidad mientras Sebastián lo hace suyo. Después reposa feliz con la cabeza apoyada en el pecho desnudo de su guapo amado. Duerme feliz en sus brazos. Sebastián lo mira y llora hasta el amanecer pensando en Ariadna. Cuando Emilio despierta Sebastián ya está de pie. Lo ve serio.
--¿me odias? –pregunta Emilio con timidez.
Aunque está triste, Sebastián se muestra afectuoso:
--después de la noche que compartimos ¿porqué te iba a odiar?
--estabas borracho–dice triste.
Sebastián sonríe ocultando su amargura:
--¿crees que fue por eso?
--ah no?
Y para demostrarle que sabía lo que hacia, que no se arrepiente se vuelven a acostar juntos. Y Emilio abrazado a él le dice:
--es un sueño… es un sueño…
Y se calla lo mucho que lo ama. Sebastián lo acaricia. Se siente mal pero almenos quiere hacer por lo que le paga:
--ya se acabó la espera… ahora haremos el amor siempre que quieras…
--¿en serio?
Sebastián lo besa, triste pero almenos feliz de que su compañía haga feliz a Emilio.




Mientras, la tensión en el departamento de Joel es irrespirable. Joel trata de convencer a Noelia de que no debe abortar y ella no dice nada, está horrorizada por lo que le contó su esposo. Tal y como tenía prevista, Noelia va a su cita para abortar. Joel está allá.
--¡¡no lo hagas¡ --le suplica.
Noelia está muy herida y entra. Joel se desespera porque le duele no haber podido haber salvado la vida del hijo de Carlos. Noelia sale en seguida, él sonríe al ver que no lo hizo. Dolida ella le dice:
--tendré a mi hijo, yo no diré nada de lo que me contaste a cambio de tu apellido para mi bebé pero no te quiero volver a ver más.
Joel accede a irse del departamento en el que se quedará Noelia hasta que le compre la casa que quiera. Él le acaricia el vientre con timidez:
--al bebé no le faltará nada.
Pero ella se aparta de él:
--te odio… no te quiero ver más.
--perdón por haberte engañado… espero que algún día me comprendas y me perdones…
A él le duele haberla lastimado, ella lo ver ir triste. Llora porque finalmente se le rompió la ilusión del primer amor.

Días después…Soledad está en el jardín de su casa. No sabe si llorar o reír. Carlos se acerca a ella.
--¿pasó algo?
--Noelia abandonó a mi hijo.
--seguro que fue él –dice Carlos con una sonrisa.
--lo que sea pero es que ahora…
--si no se quieren es lo mejor…
--si pero justo ahora que van a ser papás…
Carlos la mira incrédulo:
--¿cómo?¿Noelia está embarazada?
Soledad dice que sí con la cabeza, Carlos se ha quedado helado.

Esa tarde, Joel recibe una visita en el apartamento que ha alquilado. No quiere abrir al ver que es Carlos. Igual Carlos le dice:
--sé que estás detrás de la puerta… conozco tu olor… abre, tenemos que hablar…ya sé que tu esposa me va a hacer papá…
Joel le abre. Los dos se miran con intensidad. Se aman pero hay rabia en los ojos de Carlos. Éste cierra la puerta con él dentro. A Joel le duela las burlas de Carlos:
--tu madre está feliz –dice irónico—con ese nieto que le vas a dar . Hay hombres que sabemos apuntar y disparar y otros como tú que no… tu esposa tendrá la dicha de ser madre gracias a mi semilla porque si es por ti…
--¿estás feliz con 3 hijos de 3 mujeres de una misma familia? –dice feliz --¿es que no te molesta ser tan irresponsable? ¿es que no sabes lo que es un condón?
--si pero tú no pero sólo has estado conmigo. Tu los condones los habrás usado para jugar–dice Carlos burlón –pero tranquilo yo te pagaré el favor de reconocer a mi hijo con lo que más te gusta… seré tu amante… te daré lo que más te gusta…
--¿y que te hace pensar que quiero ser amante del padre de mi hermano, de mi sobrino. Carlos lo besa y Joel lo rechaza.
--¡¡yo sé lo que quieres maricón¡
Joel lo mira con mucha rabia. Lo agarra del cuello y lo empuja contra la mesa.
--ahora te vas a enterar de que es lo que quiero¡¡¡
Carlos rie excitado.
--vaya la  niñita se  cree un hombre... a ver si la subas usar
--si no sé peor para ti, te dolerá más.
Los dos sienten rabia. Deseo. Joel quiere amarlo y humillar lo. Lo hace prisionero de su cuerpo. Le va bajando los pantalones mientras se saca su herramienta que usa torpemente. Y Joel acaba sucumbiendo a la pasión pero está vez es él quien clava su dura arma en la parte posterior de Carlos que se deja feliz. Carlos grita en una mezcla de dolor y placer que le encanta.
--dale duro, maricon, mi culito es todo tuyo. Aprovecha --jadea Carlos entre el dolor y el placer.
Joel lo penetra torpemente. Le gusta dominarlo. Sentir su placer. Lo ama y lo desea. Ambos se complementan a la perfección.







Mientras en el vientre de su madre, su hermana y su esposa crece el hijo de Carlos, Joel es su amante. Se ven todos los días y disfrutan de esos encuentros furtivos llenos de pasión y amor que ambos callan… Y Ariadna rompe aguas y de los nervios también Soledad. Emilio las lleva al hospital y trata de localizar al padre y a su hermano pero los dos tiene el celular apagado. Los amantes han disfrutado de su amor, Joel en brazos de su amado no se puede tragar lo que ya le quema por dentro:
--te amo.
Esas palabras alimentan el odio de Carlos:
--¿porqué has tenido que decir eso?
Carlos no quiere aceptar que ama a un hombre. Joel se da cuenta que algo se ha roto entre ellos, que ya nada será como antes. Joel se queda desnudo en la cama, llora. Carlos lo mira con dureza y se va. Carlos en el auto golpea el volante con rabia. No quiere aceptar que lo está amando.

Joel es el primero en llegar al hospital. Ariadna ha sido mamá de un niño y Soledad de una niña. Joel mira a los dos bebés a través de los cristales del nido. Se emociona porque esos bebés llevan su sangre y la de Carlos. Éste llega en ese momento, le emociona ver a Joel llorando por sus hijos. No le gusta lo que siente y se va. A Joel le duele que Carlos lo rechace.

Días después…Carlos no ha vuelto a buscar  a Joel. Éste lo hecha de menos y con la excusa de ver a su hermana lo va a buscar. Se encuentran en la piscina, se hacen reclamos sin saber que Soledad se acerca a ellos.
--¡¡te dije que no me buscaras¡ --Carlos.
--¡¡yo no tengo la culpa que no aceptes que eres maricón¡
--¡¡el maricón eres tú¡
--¿y porqué te acuestas conmigo?¿porque te acostaste con mi hermano?
--¡¡tu hermano me pagó una fortuna por una tarde de sexo¡
--¿y yo? –Joel burlón.
Si saber que Soledad destrozada y horrorizada lo escucha todo, Carlos dice con todo su odio:
--¡¡fue para vengarme de Emilio por comprarme, para demostrarle que poseerme no es gratis¡ ¡¡me acosté contigo al igual que con tu madre, tu hermana y tu mujer¡ ¡¡para destruir a todos¡
--¡¡y ahora tienes dos hijos que una madre y de una hija y Noelia te dará tu tercer hijo¡¡ ¡¡pero eso no cambia que te guste yo¡
Carlos se lanza contra Joel parece que para matarlo pero lo acaba besando apasionadamente. Esto es demasiado para Soledad que grita con horror y se desmaya. Es cuando los dos amantes se dan cuentan de la presencia de la mujer.

Capítulo 43


 Noelia mira a su marido sorprendida. Él no le pide explicaciones, sólo le exige que haga sus maletas. Hay una gran distancia entre el matrimonio. A él le da igual y a ella le duele que le dé igual, le duele ver que todo está todo entre ellos pero siente que es ella la que lo ha estropeado todo y por amor a su marido se queda con él. Emilio los ve bajar con maletas. Mira a su hermano con pena. Se acerca a él. Le duele que se vaya y sabe porqué se va.
--No me digas nada, hermano –Joel triste.
--no dejes que venza –le susurra Emilio mientras lo abraza.
Joel sabe que su hermano se ha dado cuenta de lo que ha ocurrido con Carlos y siente pena, también que comprende que después de acostarse con el marido de su madre no se puede quedar allá. Los dos hermanos se miran muy tristes. Para acompañar a su hermano Emilio lleva las maletas de Noelia al auto. Luego los dos hermanos se vuelven a abrazar. Emilio se queda allá hasta que el auto desaparece. Joel es el que conduce. Noelia lo mira triste. Su marido la ignora.






En la bañera de Carlos han quedado los restos de las sábanas que ha quemado por ser testigos de ese momento de intenso amor. Siente un fuego que lo quema, que lo abrasa. Es algo que le gusta y le angustia. Emilio se lo encuentra mirando lloroso esas cenizas.
--¿¿¡que le hiciste a mi hermano¡¡
Emilio habla con furia porque no soporta que su hermano esté sufriendo por su culpa, le da pena que su hermano sufra con lo que le ha costado aceptar que es gay, que Carlos juegue con sus sentimientos. Carlos se traga sus lágrimas, mira con desprecio a Emilio y burlón dice:
--el amor ¿no oíste como gozó? Apuesto que estabas con la oreja pegada a la puerta escuchando y poniéndote cachondo al escuchar como yo desvirgaba a la otra maricona.
A Emilio le duele mucho el desprecio con el que Carlos habla de su hermano.
--¡¡gritó¡ --dice Emilio molesto.
--siempre duele la primera vez que te rompen el culo, tú me obligaste a pasar por eso tan doloroso pero te puedo asegurar que tu hermano sí gozó y como una loca.
A Emilio no le gusta el tono despectivo que usa Carlos.
--¿Qué pretendes?
Burlón Carlos dice:
--¿te imaginas? Me acosté con toda tu maldita familia. Nadie se me ha resistido. Las dos mariconas y las 3 putas porque tu madre, tu hermana y tu cuñada se han divertido mucho mientras me las tiraba…
A Emilio no le sorprende que se acostara con Noelia pero sabe que Joel se habrá sentido humillado cuando, no lo duda, Carlos se lo haya dicho.
--¿y ahora qué siga?
--Ser un papá feliz –dice Carlos con ironía—Para que luego digáis que no soy bien macho… Ningún hombre tiene tan buena puntería… ¡¡preñé a tu hermana y a tu madre, lástima que fallé con Noelia¡¡ ¡hubiera estado bien¡¡
Carlos se quiere mostrar hiriente y despreocupado pero en realidad se siente perdido, no sabe cómo seguir porque Joel se le ha metido bien a dentro.

Soledad, cuando llega de compras, pregunta por su hijo menor. La felicidad que siente le hace no darse cuenta de la tensión que hay entre su esposo y su hijo mayor.
--tu hijo se fue con su mujer iba muy feliz…
Soledad no se da cuenta del odio con el que lo mira Emilio a Carlos y cree en serio que Joel se fue de sorpresa y sin avisar porque la felicidad le hace olvidarse de todo tal como ella.

En la noche Carlos está ya en la cama. Soledad trata de seducirlo pero él sólo piensa en Joel. Después de haber sido acariciado por el chico no soporta que la madre lo toque. Con mucho desprecio, Carlos dice:
--¡¡hoy no, me duele la cabeza¡¡
--¿otra vez? Con mi esposo yo siempre usaba ese truco porque no me hacía sentir nada… todo es tan distinto contigo…
Ella se muestra amorosa, pero él la rechaza. Ella, enamorada, no se da cuenta de su odio. Él le da la espalda, llora pensando en Joel.
--en mi caso no es un truco ¡¡duérmete¡¡ --ordena.
Soledad se queda dormida muy arrimada a su guapo y joven esposo. Nunca sospecharía que piensa en su hijo menor.

Por su lado, en la cama que compartieron sus padres, Joel y Noelia duermen juntos pero tan separados…Joel llora pero tiene una sonrisa en los labios. Ha amado con intensidad a Carlos y ha sido feliz pero sufre por el rencor de éste. No imagina que, en brazos de su madre, Carlos también llora porque ha sido feliz amándolo con pasión pero no lo quiere aceptar, quiere no amarlo pero no lo logra pero tampoco dejar de odiarlo.

1 mes después…Joel agarra el bolso de su esposa. Se le cae un papel. Joel se horroriza. Noelia tiene cita para someterse a un aborto. Con el rostro desencajado, Joel se enfrenta a Noelia:
--¿¿¡que significa esto?¡
Noelia no dice nada, agacha la cabeza. Joel se lleva las manos al cabello.
--¡¡estás esperando un hijo de Carlos¡
Con un hilo de voz, Noelia le dice:
--sí pero ese bebé no va a nacer.
Joel siente celos al pensar que en el vientre de su esposa crece un hijo de Carlos pero también ternura.
--¡¡no vas a abortar¡¡ ¡¡yo seré un papá para ese hijo¡
Noelia cree que ese gesto es un gesto de amor de su esposo pero ella le deja claro que sólo tendría un hijo suyo. Joel trata de mil formas de convencerla que no aborte y ella insiste en que quiere tener un hijo sólo con él. 
--¡¡yo jamás tendré un hijo… jamás¡
--¿porqué?
--¡¡como sea no vas a abortar el hijo de Carlos¡¡
--¿Cuál es tu interés en ese bebé?
Aunque es algo que le cuesta dice:
--Estoy enamorado de Carlos, soy gay y él es mi amante…
Noelia se queda en shock, cae derrotada al sofá. En cuclillas Joel le cuenta todo lo que está pasando con Carlos y su familia y el porqué esperando poder confiar en ella. 
Noelia queda muy impresionada. Le asegura que le guardará el secreto de ese horror pero mirándolo con desprecio le dice que igual abortará. Joel está desesperado. Noelia se va de la casa. Él llora, no quiere que un hijo de Carlos muera. También piensa en cómo lo tomará él, piensa que será otra victoria pero como sea no quiere que se malogre ese pequeño. Llora pensando en los momentos de intensidad que ha tenido con Carlos, sufre al pensar en esos 3 bebés. Ser el papá de un hijo de Carlos es algo que le hace ilusión, pero no puede no sentir culpa por los otros dos, su hermano y su sobrino que son además hermanos entre ellos y hermanos del hijo de su esposa.