lunes, 25 de mayo de 2020

Capítulo 23







Carlos en boxers tiene abrazado a Joel. Lo está poniendo cachondo y eso le pone cachondo a él también. Aunque Carlos se dice así mismo que todo es parte de un plan en realidad él también vibra en sus brazos. Como nadie lo ve Carlos le pellizco en el culo y se aparta de él. Joel se ha quedado a mil. Se estremece sólo de imaginarlo desnudo.  Se queda pálido. Mira con deseo a Carlos. Ese hombre le gusta y mucho. Carlos se gira y le guiña el ojo. Joel está muy sofocado. Le gusta Carlos y haría lo que fuera por él pero también piensa en su padre se lo imagina retorciéndose en su tumba porque no sólo le está atrayendo tremendamente un hombre sino que es el esposo de su madre. Joel entra en su cuarto y es que esos pectorales tan marcado, ese paquete, ese culo lo pone a cien.... Nunca en su vida había sentido tanto placer. Cuando ya se relaja Joel baja al salón. Soledad le está sirviendo el desayuno a su esposo:
--cuando contratemos servicio no podrás ir así...
--Ni modo...
Joel baja en ese momento, Carlos lo mira y con ironía le dice:
--¿verdad que a ti no te molesta que vaya en calzoncillos? Yo creo que por tu hijos podría ir en cueros... ¿no es así?
Joel traga saliva. Si verlo en boxers ya lo tiene a 100 no imagina lo que será verlo desnudo. Soledad sonríe al ver tanta complicidad entre su esposo y su hijo menor. No imagina que se gustan. Con mucha sensualidad, Carlos le dice a Joel:
--ven... sientate a mi lado...
Joel está excitado. Lo hace. Carlos lo provoca con la mirada. Por debajo de la mesa le pone la mano en el muslo. Los dos tiemblan. Lo que más le excita a Carlos es la cara de susto de Joel. Carlos mientras le da besitos a su esposa le mete mano a su hijastro. Joel vibra al sentir la mano de Carlos en sus genitales. Carlos siempre sonriendo a su esposa le baja la cremallera a Joel.
--¿te ocurre algo hijo?
--No --jadea éste.
Carlos le mete la mano en la cremallera y sobre el calzoncillo agarra la dura lanza de Joel que está por reventar. Con ironía, Carlos le dice:
--A Joel le alegra mucho que yo esté aquí ¿no es así...?
Carlos sonríe. Joel fuerza una sonrisa. Y es que el placer que está sintiendo no se compara a nada que haya sentido antes. Carlos tiene muchas ganas de tocar a Joel en lo más íntimo y sabiendo que a él, que le haga eso delante de su madre, le parece que le ayuda en su venganza y eso lo justifica. En cierto manera es como sí así Carlos se quiere ocultar a él mismo que lo hace por deseo. Joel jadea al sentir como Carlos le mete la mano en el calzoncillo y le acaricia su miembro viril. Es la primera vez que un hombre se la toca. Siente que se va a romper de tanto placer.
--¿y ahora?¿que te pasa mijo?
Carlos mira a su esposa la mesa mientras juega por debajo de la mesa con el miembro de él. Joel no puede creer que esto le esté pasando a él. Muchas veces ha tenido que ocultar su deseo pero lo que está sintiendo es tan fuerte... es cómo si estuviera haciendo el amor con el marido de su madre y delante de ella. Joel mira hacia otro lado, en especial en el momento en el que una explosión seminal estalla en la mano de Carlos. Joel se retuerce de placer y tiene que tragárselo para que su madre no se dé cuenta. Aunque está girado, Soledad nota que le pasa algo:
--mijo, no me asustes... ¿te sientes bien...?
Joel mira a su madre:
--si... sí --dice sofocado.
Y Joel mira a Carlos, sabe que su semen está en la mano del esposo de su madre. Carlos sonríe, le excita haber sido manchado del esperma de ese joven. Aunque acostarse con un hombre le hizo sentir un placer supremo, no es nada comparado a lo que ha sentido al tocar la trompa de Joel y en especial sentir ese líquido caliente posándose sobre él. Soledad se levanta y aprovechando que se gira para retirar los platos, Carlos muestra su mano manchada de blanco y muy flojo le dice:
--mira como me dejaste la mano, maricón..
Joel está ardiendo pero también está muy nervioso. El recién esposo de su madre lo ha masturbado delante de ella y no sabe cómo se lo tiene qué tomar. Le extraña la aptitud de ese hombre que desde el primer momento lo insultó.
--¿será que es como yo y se casó con mamá por guardar las apariencias? --piensa para sí Joel-- seguro que no esperaba encontrarse con un gay y le parece genial divertirse conmigo y a la vez ser un hombre casado para que nadie sospeche.
Joel se vuelve a excitar al ver como, con disimulo, Carlos chupa su mano limpiándose de ese líquido excitante que fabrican los testículos de Joel. Al chico le excitar ver como Carlos come algo tan suyo y Carlos disfruta comiendo ese semen. Gracias a Emilio descubrió que es algo que le gusta mucho pero es que ahora después de Joel gustar es poco ¡¡le fascina¡ Mira a Joel con deseo, con desprecio. Con odio. Goza como nunca y también odia como nunca porque no le perdona a Joel que le esté haciendo sentir tan bien por tan poco. Piensa divertirse con él, satisfacer sus placeres y luego destruirlo. Así hará que se sienta menos culpable porque podrá engañarse asi mismo diciendo que fue por venganza. Carlos chupa su mano con gozo, muestra con una sonrisa y haciendo gestos con la lengua lo delicioso que es ese líquido. Carlos pega su cuerpo al de Joel y le susurra al oido:
--Es muy rica tu leche... ¿no quieres probar la mía, maricón? A tu madre le gusta mucho... Si subes cuando ella no está te dejaré que me hagas una buena mamada que seguro que con lo maricón que eres la mamas como nadie...
Joel está muy excitado por esa propuesta que desde que conoció el día antes a Carlos ha deseado que le haga. Es una propuesta que lo enciende y no puede rechazar. Se le hace muy extraño ver como ese guapo chico de su edad que tanto le gusta después de proponerle que se le chupe su caramelazo y comerse su leche está besando y tan apasionadamente a su madre. Joel observa esa despedida excitado. Soledad se va a visitar a Ariadna. Carlos y Joel se quedan solos. Carlos mira a Joel burlón. Le pone la manos en los hombros:
--¡¡que maricón, quieres que me baje el boxers? Hoy es tu día de suerte...




Carlos se da la vuelta y se baja el boxers. Siente su deseo al verle el culo. A Joel le excita ver y a Carlos ser mirado con deseo.
--¿te gusta mi culo, maricón? Seguro que darías lo que fueras por meterme tu trompa... Eres un maricón...
Y Joel lo desea pero se siente ofendido, no le gusta el desprecio con el que lo llama maricón...
--¡no soy maricon...¡
Carlos gira la cara... Se le ve el culo desnudo pero nada más:
--¿no? entonces no vas a querer que me dé la vuelta ¿no?
Y Joel vibra, ver a Carlos desnudo es lo que más desea. Más que acostarse con cualquier otro. A Carlos le gusta mucho cómo lo mira. Se gira pero con la mano en los genitales. Por un lado decepciona a Joel pero por otro eso se pone aún más cachondo. Carlos lo mira divertido:
--si, ya sé maricón... ya sé que te mueres por descubrir todos mis encantos... pero eso no te será más fácil.
--¡¡no soy maricón¡¡ ¡¡no vuelvas a llamarme así¡ --dice Joel dolido.
Con burla Carlos le dice:
--¿y cómo debo llamar a un hombre que quiere ver desnudo a otro?¿que le gusta que le toque un hombre y le beba la leche? te llamo maricón porqué es la única palabra que te corresponde...
Y Carlos repite esa palabra que lo lastima:
--Maricón... eres eso... nada... ¡un maricón peor que te hermano porque almenos él da la cara¡
Joel llora de rabia:
--¡¡no lo soy¡
Carlos le guiña el ojo:
--¿y porque estás tan nervioso...? te gusto y mucho..
La gusta la sensualidad de Carlos pero no su desprecio:
--no. No es verdad.
Carlos se le ríe y ese sonrisa lo ilumina todo.
--pues vete y no me mires...
A Carlos le gusta que le guste. Joel se siente humillado pero el deseo es tan fuerte que no puede irse.
--si quieres verme desnudo estoy en la ducha, puedes subir si quieres y dejaré que me la mames pero ese significará que aceptes que eres un maricón de mierda y así será como te diré siempre... Maricón... Si aceptas lo que eres comerás bien, disfrutarás de lo mejor, de mi y si no te tendrás que seguir masturbando... ¿cómo se siente al matarse a jaladas pensando en un hombre que no tienes por cobarde? Yo soy muy bueno en la cama... tu madre te puede decir...
Carlos se va riendo, sabe que Joel se siente muy humillado pero está excitado.


Carlos de baja el boxers. Totalmente desnudo se da una buena ducha. Está excitado. Tiene el rico saber de la leche de Joel en su garganta. Está excitado, nunca ha sentido tanto placer y eso le excita mucho. Se da golpes a la pared furioso:
--¡¡maldita sea¡¡ ¡¡maldita sea¡
No soporta el deseo que le hace sentir Joel y ese hace que se desea vengar con más ansias.
--¡¡son una familia de depravados... la madre puta y los hijos maricones¡ ¡¡todos van a pagar y la hija aunque se esconda en un disfraz de monja tiene que ser de la misma clase¡¡ ¡¡todos van a arrepentirse de sus perversiones¡ ¡¡yo les voy a hacer pagar¡
Aunque con mucho odio, Carlos no puede evitar sentir mucho deseo ya que está seguro que Joel está acercándose. Así podrá satisfacer su deseo sexual y también su venganza.
--¡¡te voy a humillar como nadie te ha humillado en tu vida, maricón¡ --dice Carlos que está deseando volver a probar la leche de Joel, que desea tener esa trompa en su boca.
Sin saber muy bien qué es lo que pretende ese chico, Joel va acercándose a ese cuarto. Aunque piensa en su padre, aunque está seguro que debe estar retorciéndose en su tumba. Siente que no debe ir pero el deseo es una fuerza más poderosa que cualquier otra.

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