lunes, 25 de mayo de 2020

Capítulo 30








Joel y Carlos están en la ducha besándose apasionadamente. Joel desnudo, Carlos en boxers. Se devoran con sus labios, con sus manos. El arma de Joel está ya en su punto culminante al igual que la de Carlos aunque esta la tiene oculta en el boxers. Carlos se arrodilla ante Joel y le mama la trompa. Joel se muerde los labios para no gritar. Jamás imaginó que se podría sentir tanto placer.  Muchas veces penso en lo que se deberían sentir cuando te la maman pero que la situación es mucho mejor. Se retuerce del gusto. Se rompe del placer. Joel le acaricia la cabeza jadeando. Nunca pensó ver a Carlos en esa situación y le gustaría humillarlo pero le gusta demasiado lo que le está haciendo. Carlos no se dedica a pensar sólo en disfrutar, se bebe la leche de su joven y guapo hijastro con mucho gusto. Los dos han disfrutado mucho, después de tragar el fruto íntimo de Joel (algo que excita mucho a Joel) con mucho desprecio, Carlos le dice:
--¿te ha gustado, eh maricon?
A Joel no le gusta herirlo pero no se deja pisar, el excita enfrentarse a él:
--maricon es quien ha cogido con un tio y yo no lo he hecho cosa que tu no puedes decir lo mismo sea cual sea el motivo... Al único de los dos que le han dado por culo es a ti.
--¡¡tú hermano me pagó¡ --Carlos furioso.
--pero yo si creo que disfrutaste y aunque sea ¿qué diría tu entorno al saber que te acuestas con hombres por dinero?¡
Carlos se pone como loco:
--¡¡a mi no me hables así¡
Joel le da un empujón y sale de la ducha. La desnudez del guapo chico provoca una gran excitación en Carlos.
--¿¿que es lo que pretendes al casarse?
Joel le sonríe y con ironía le dice:
--dimelo tú... tú eres el maricòn casado... pues pretendo lo mismo...
Carlos se lleva las manos a la cabeza furioso:
--¡yo no soy maricon¡
--¿ah no?¿y como se le llama al tipo que se le mama a otro así porque sí y bebe su semen por placer? porque a mi tu leche me da asco y a ti la mía parece que te gusta mucho porque la probaste una vez y ahora te la has be ido toda. No sé, si quieres te la envaso en una botella para que te la bebas a todas horas--dice con ironia.
Carlos está enloquecido por la rabia:
--¡¡No te vas a casar...¡¡
Y Joel lo mira amenazante:
--¡yo no me caso si el día de mi boda le dices a todo el mundo que eres maricón que te has acostado con Emilio y los dos no la hemos mamado¡¡
Carlos se baja el boxer hasta las rodillas y pega su cuerpo al de Joel por detrás y friega su dura lanza contra el culo desnudo de Joel. Los dos vibran:
--¡¡yo puedo taladrarte ese culo tan tierno que tienes y tú no te casas nada porque lo que quieres es que te eche un buen polvo...¡¡
Y sin llegar a penetrarlo, Carlos le va introduciendo la trompa por entre las nalgas... es algo que los dos disfrutan. Se estremecen:
--si tú no te casas yo te hago lo que quieras... tú no quieres hacerme daño, es más con tal de que yo te la meta tú haría lo que yo te dijera...
Y aunque a Joel le encanta tener la trompaza de Carlos en su culo se aparta de él. Los dos están muy sofocados: Se desean a más no poder. Sus pieles arden gritando la una el nombre del otro. Pero aunque desea a Carlos , Joel no se quiere dejar humillar más: 
--¡¡no... eres tú el que harás lo que yo diga¡¡ ¡¡me acostaré contigo y te dejaré que me hagas lo que quieras si el día de mi boda dices que eres maricon y quieres coger conmigo como cogiste con Emilio cosa que disfrutaste mucho¡¡
Los dos se miran desafiante:
--¡¡te voy a destruir maricón¡ --dice Carlos subiéndose el boxers.
Y aunque ese hombre le gusta mucho y lo desarma Joel le dice:
--¡¡a ver quien destruye él¡
Carlos se va furioso. No le gusta no poder dominar a Joel y eso hace que lo desea aún más y más.
--¡¡me voy a acostar contigo y voy a destruir a toda tu maldita familia¡ --dice Carlos sofocado.
Y Joel está feliz, la sensación de que Carlos se la mamara es algo indescriptible... algo que nunca sintió. Sale de la ducha totalmente desnudo y excitado por la escena vivida, porque le ha encantado ver a Carlos en boxers con su arma tan dura y luego vérsela y sentirla tan pegada a él. En su habitación, Joel mira la foto de su padre:
--perdona papá... pero sí... soy gay y me encanta serlo... Emilio tiene razón, tú eres el menos indicado para juzgarme...
Y Joel se acaricia el labio y lo que más le duele es no poder vivir libremente lo que está sintiendo Carlos porque es el esposo de su madre, porque Carlos se quiere vengar de él. Carlos le gusta pero le asusta.

Mientras que Joel se tumba en su cama desnudo recordando con placer a Carlos, éste está atormentado. Le gusta mucho Joel, lo lleva muy a dentro y no le gusta que le guste. Soledad duerme sin imaginar la pasión de su hijo menor y su esposo. Carlos la mira con odio:
--te voy a destruir. ¡¡los voy a destruir a todos¡
El odio que Carlos sentía por Emilio ahora es nada por el que siente por Joel. Porque con Emilio descubrió que el sexo con un hombre le gustaba más pero es que Joel lo está enamorando, Joel lo está seduciendo como jamás una mujer lo sedujo, con Joel está descubriendo que es 100 por 100 homosexual, que no sólo prefiere a los hombres en el sexo sino también en el amor y es es algo que no perdona.
--¡¡te vas a arrepentir de lo que me has hecho...¡¡¡¡a mí nadie me humilla¡¡¡

Ariadna vestida de monja. Está en el convento.
--me quería ver madre superiora?
--sí, es por lo de tu viaje a África...
A la joven se le ilumina la cara:
--¿ya encontró patrocinador?
--sí un ángel de Díos pone a tu disposición todos los medios para que se realice tu sueño... Tiene un avión lleno de comida que te llevará a ti y a él a África, desea ayudarte en los trabajos que quieres hacer ahí...
Ariadna está encantada:
--si claro...¿¡dónde está ese ángel? ¡¡quiero verlo¡
Y ese ángel lo parece verdaderamente, la belleza del hombre cautiva a la joven. Ve en él una belleza divina, mágica, una mirada que le golpea el alma. Carlos sonríe y esa sonrisa se le clava a ella dentro. Carlos la besa en la mano y Ariadna está totalmente seducida. No se atreve a mirarlo directamente porque no entiende lo que le está pasado pero de una forma instantánea ese guapo joven se le ha metido dentro como nunca un hombre se le había metido.

10 días después... los dos se han hecho muy amigos... Ambos están preparando el viaje a África. Hablan de todo y de nada. Está seducida por la mirada de él, por su belleza, por su simpatia. No se da cuenta de toda la maldad que hay en su interior. A ella le gusta la mirada de él... Carlos sonríe: 
--menuda familia...a todos les gusto y me ponen las cosas fáciles... --dice para si.
Carlos está dispuesto a gastarse todo el dinero que le dio Emilio con tal que Ariadna caiga en sus redes pero se da cuenta que no hubiera hecho falta, ya que con sólo su presencia Ariadna ya ha quedado atrapada pero en el convento, con ese traje de monja él sabe que se le va a resistir por eso cuanto más lejos de su ambiente mejor. Por el día Ariadna disfruta de la compañía de ese hombre, jamás imaginaría quien es y qué pretende. En las noches reza llorando y pide perdón a Díos por lo que está sintiendo y le pide fuerzas para no caer en la tentación pero Carlos le gusta demasiado como para rechazarlo sin contar los beneficios que ese hombre aporta a su causa.

Carlos está haciendo la maleta.
--¿Cómo que te vas a dónde?
--Mi madre enfermó...
--¿pero dónde?¿cuando? yo voy contigo...
--No, estoy es algo que tengo que resolver sólo... 
Soledad lo abrazo pero es que no sé nada de ti, dónde es tu pueblo, quien es tu familia... ¡¡soy tu esposa¡
--pero a mi madre no le gustará saber que me casé con alguien que parece su amiga...
Soledad se siente humillada por él:
--creí que me veía bonita...
--si claro para tu edad...
--pero a ti te gusto --dice ella triste.
--pero a mi madre no por eso deja que yo hable con ella...
--pero si mis hijos te han aceptado...
Carlos no la deja seguir, cierra la maleta. Le da un beso:
--ahora voy...
Emilio lo mira sorprendido:
--¿te vas?
Soledad le dice:
--si va a su pueblo a ver a su mamá...
Y Emilio sabe que la familia de Carlos está en la ciudad pero no dice nada. Joel y Carlos se miran con deseo, un deseo que Joel no esconde pero sí Carlos que esconde bajo una máscara de rabia.

Y Carlos y Ariadna emprenden el vuelo. Los dos solo con la tripulación en un avión lleno de comida. Los dos juntos, la mirada de él la penetra a ella. Ariadna no lleva hábito, sí ropas clásicas. No se le ve nada de piel pero es el odio quien lo hace actuar con deseo. Le pone la mano en la mejilla:
--¿sabes que eres muy bonita?
y ella tiembla y aunque quiere no mirarlo, aunque quiere apartarse de él le gusta mucho sentirlo, que él la toco con sus manos, con sus piernas. La monjita se estremece al sentirlo.

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