lunes, 25 de mayo de 2020

Capítulo 45



Aunque su venganza ya tenía previsto que Soledad se enterara de todo, Carlos siente vergüenza de haber sido descubierto besando a un hombre, además un hombre como Joel que le gusta mucho. Sí le da un poco de pena Joel que está destrozado por el dolor que ha ocasionado a su madre.
--mamá… mamá…
Joel mira a Carlos:
--no responde… ¡¡no responde¡
Joel está desesperado. Suplica a su amante que lo ayude pero Carlos está paralizado. Soledad abre los ojos, está en brazos de su hijo que la mira con cariño:
--mamita, que susto que diste…
Soledad lo bofetea y se aparta de él:
--¡¡no me toques… tú no eres mi hijo¡¡ ¡¡tú eres un maricón…¡¡
Joel mira a su madre llorando:
--¡¡no me trates así… deja que te explique¡
--¡¡maricón… pervertido… para mí estás muerto¡¡ ¡¡yo sólo tengo una hija, mi Carlita¡
Emilio llega en ese momento con Ariadna que lleva a su pequeño:
--mamá, te traigo a tu nieto como me pediste…
Carlos sonríe con amargura. Joel se lleva las manos a la cabeza, es lo que faltaba. Emilio y Ariadna no entienden nada. Soledad se enfrenta a ellos:
--¡¡puta, maricón…¡¡ ¡¡los 3… los 3 se acostaron con mi marido¡
Emilio y Joel se miran con pena. Ariadna tiene el rostro desencajado:
--¡¡¿¿cómo dices?¡
Soledad está como loca:
--¡¡tú eres una puta y yo te creía una santa y te le regalaste a mi marido¡
Ariadna angustiada:
--deja que te explique…
Soledad está destrozada:
--¡¡quiero que se vayan, no les quiero ver más en mi casa¡
Soledad sube al dormitorio. Ninguno se atreve a seguirla. Ariadna mira a sus hermanos, espera una explicación y Emilio se la da:
--yo le pagué una fortuna a Carlos por acostarse conmigo y a él le dolió que le gustara, descubrir que es gay como Joel y yo y decidió vengarse de toda la familia…
--Y yo me enamoré de él… Somos amantes –Joel.
Carlos no dice nada, no sabe qué decir, qué hacer. Ahora que todo se ha descubierto no sabe lo que debe hacer. Ariadna se va muy alterada, aunque no lo quiere cerca, Emilio detrás de él. Joel y Carlos se miran.
--¿y ahora qué?
Carlos no dice nada. Joel lo besa en los labios, lo acaricia:
--Yo te amo Carlos… ¿porqué no nos vamos de viaje? ¡olvidemos todo esto¡
--¿¿cómo una pareja de maricones?
Joel lo acaricia, trata de hacerle sentir su amor pero la mirada de Carlos es dura:
--como dos personas que se quieren y se respectan…
--¡¡sólo fue sexo… parte de mi venganza¡¡
--¿estás seguro?
Con mucho dolor Carlos dice:
--sí.
--Entonces no nos volveremos a ver.
Se hace un silencio en el que Carlos desea lanzarse en brazos de ese joven tan guapo y que se le ha metido tan a dentro. Joel resignado se va. No mira atrás porque aún podría dejarse llevar, aunque sabe que Carlos quería con él sabe que mientras lo odie no podrán tener una relación sana y ahora que todo se ha descubierto es lo que quiere. Carlos solo y abandonado. No sabe qué hacer llora.
--¡¡Maldita sea¡¡ ¡¡maldita sea¡
Se golpea el pecho atormentado pensando en Joel
--¡¡¿porqué te tuviste que meter aquí maldito maricón, porqué?¡¡
Carlos llora atormentado por un sentimiento fuerte y profundo hacia Joel que ha tratado de borrar porque ese amor corre por sus venas. Joel da un golpe en el volante. Se siente mal por su madre, por su hermana, por esos hijos de Carlos, por él… Se siente culpable por amarlo pero lo ama y por eso amor pasaría por encima de todo, incluso de su madre y de esos niños. Golpea el volante con dolor porque le da rabia que Carlos no se la juegue con su amor…

Emilio trata de hablar con Ariadna pero ésta está muy alterada. Finalmente éste le pide que se quede con su hijo el pequeño Joel.
--¿¿dónde vas?
Ariadna se seca las lágrimas. Siente una gran amargura.
--¡¡estaré bien¡

Sebastián está desnudo en su departamento. Llaman al timbre. Se pone una toalla y va a abrir. 
--¿tú?
Mira a Ariadna con amor, con dolor. Los meses han aumentado el amor que él siente por ella y también el dolor por todo lo que sabe de ella. Y Ariadna está muy despechada:
--¡¡hazme tuya….¡¡¡quiero ser tuya¡¡
Sebastián está muy sorprendido cuando Ariadna como si fuera una mujer experta. Ella le saca la toalla y se deja llevar por la lujuria que un hombre tan extremadamente guapo como Sebastián despertaría a cualquiera. Y él desnudo frente a esa joven tan bella no se le puede resistir y la desnuda y hacen el amor con pasión. Mientras él se estremece ella se viste. Siente vergüenza.
--no te vayas…
--¡es mejor que olvides esto¡ --dice ella entre lágrimas.
--¿Cuándo nos volveremos a ver?
--Nunca.
Y Sebastián dice:
--¡¡eres una puta… ¿¡esto es lo que haces a todos los hombres?¡
Y Ariadna llora:
--¡sí… soy una puta¡¡ ¡¡eso soy¡
Y el dolor de Ariadna impacta a Sebastián.
--yo es que…
Ariadna se siente mal por las palabras de su madre, por ese momento de locura que aún la ha hundido más. Él la va acariciar.
--¡¡dejame… dejame¡
Ariadna da una patada en los genitales y se va atormentada. Sebastián se queda retorciéndose de dolor. Emilio lo va a ver después que llegue su hermana. Se lo encuentra mal pero no quiere que Emilio le diga nada y hacen el amor. Luego él se da la vuelta, se le escapa algunas lágrimas pensando en Ariadna. Ha sido feliz en sus brazos pero le ha dolido ofenderla. Emilio lo abraza por la espalda:
--¿¡qué te ocurre?¡
Sebastián se levanta:
--nada, será que te puedo pedir que te vayas?
Emilio sabe que sufre y le duele no poder ayudarlo.
--claro, tú me puedes pedir lo que quieres –le dice Emilio vistiéndose.
De repente ve una medalla y se horroriza:
--¡¡esta medalla es de mi hermana¡
Sebastián se sienta en la cama y abatido y lloroso dice:
--hice el amor con tu hermana…
--¿¿qué?
--¡¡es que me enamoré de ella y me volví loco cuando supe que era tu hermana y todo su pasado¡
--¿Cuándo fue eso?
--lo descubrí la primera vez que me acosté contigo…
--¿fue por eso?
Sebastián se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡es que me volví loco y ahora ella se me regaló y yo la ofendí porque no me quiere volver a ver y yo cómo la juzgo si soy tu amante¡
Emilio se sienta a su lado, lo acaricia con cariño. Le hace entender que su hermana no es una cualquiera, que se enamoró de Carlos y que ahora él ha sido su segundo hombre, que le ha impactado mucho saber que Carlos se acostó con sus hermanos:
--no la dejes sola… apoyala…
Lloroso Sebastián le dice:
--pero después de amar al marido de su madre ¿cómo me le acerco yo si soy tu amante…?
--¿y eso quien lo va a saber?
Y Emilio se ha enamorado de ese joven y es un amor que calla y por eso quiere ser feliz. Le agarra de las manos:
--no dudo que tú sabrás como luchar por el amor de la mujer que amas… olvida esto nuestro… yo no te conozco… no te he visto en mi vida…
--¿y toda la fortuna que me has dado?
Emilio le sonríe:
--un regalo para mi cuñado…
--¿y engañar a Ariadna?
--sí la haces feliz y tú y yo no nos volvemos a ver… ¿dónde está el engaño?
Los dos se abrazan. Sebastián se pone unos jeans y una camiseta y se va a toda prisa. Emilio va tras él. Le duele saber que lo ha perdido para siempre.

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