--¡¡con el rato que lleva tiene que ir¡¡ ¡¡no se me va a escapar¡
A cada hora que pasa Emilio le tiene más ganas.
--¡¡que bueno que está¡¡ ¡¡Parece un Díos¡¡ ¡¡está macizorrísimo el condenado¡¡ ¡¡si no se me hace me muero¡¡
Y de repente el morenazo va al lavabo y a Emilio se le abre el cielo:
--¡¡lo sabía... lo sabía¡
Emilio se excita mucho porque no sólo verá una buena trompa:
--¡con lo bueno que está debe tenerla muy grande¡
Esta deseando vérselas. Confía en que se sacará las ganas de ese macizorro que lleva toda la tarde poniéndolo cachondo con su belleza extrema. Va tras él babeando pero para su decepción el macizo se encierra en el baño.
--¡¡que rabia¡¡
Le excita oirlo hacer pis fuertemente pero se ha quedado con las ganas. Pega su mano en la puerta imaginándose cómo será ese guapo desnudo. Cuando ya oye que el macizo va a salir él se va.
--¡¡está furioso¡¡
Está seguro que se queda con las ganas de trompa. En la sala durante toda la tarde también ha estado Carlos y aunque no hay nada que opaque la belleza del guapo rubio Emilio ha preferido estar pendiente del moreno ya que está demasiado enojado con Carlos por el feo que "le hizo" el otro día. Justo a la hora de irse, Emilio va al lavabo. Carlos aún está, no ha ido al lavabo. Emilio sonríe pícaro:
--a ver si va y se atreve a encerrarse... él que se quiere hacer el simpático... a ver cómo lo logra si en mi cara muestra sus cartas --dice para sí.
A Carlos no le hace mucha gracia encontrarse a Emilio pero también le da vergüenza que él sepa que le molesta y aunque sus miradas le queman prefiere hacer cómo el que no pasa nada. Se siente peor demostrando que Emilio le molesta que no demostrando que lo ignora.
--ya este maricón pagará ser tan depravado --dice para sí-- aunque ya bastante desgracia es ser cómo es...
Emilio mira sorprendido a Carlos al verlo a su lado.
--este tío está mal de la cabeza --piensa Emilio-- sino es que no se entiende las cosas que hace...
Emilio está de mal humor por haberse quedado con las ganas del otro macizo, Carlos le gusta mucho pero le cae muy mal. Se siente ofendido por lo de la otra vez que no se la dejó ver.
--¡¡pues ahora soy yo quien no te la quiere ver¡¡ --dice para sí.
Pero Carlos es sumamente guapo. Uno de los hombres más guapos para no decir el que más. Está muy separado y Emilio está en una posición en la que lo vería todo. La tentación es demasiado grande.
--bueno... sólo una miradita pequeña --dice Emilio para sí.
Emilio siente una explosión dentro de él. Sólo mirar ese gran rabo ya tiene un fuerte orgasmo:
--no me extraña que la definiera como la octava maravilla del mundo.
Y es que Emilio ya había olvidado de cuanto le gustaba esa bella trompa:
--¡¡es que nadie la tiene más bonita ¡¡es todo un tesoro¡¡ ¡¡una preciosidad¡¡ ¡¡es la cosa más bella del mundo¡¡ ¡¡es imposible que nadie la tenga más bella...almenos es la más bella y la más grande que yo he visto¡¡
Y mientras Emilio el que no quiere mirar se va deleitando de lo más privado de Carlos, éste, para olvidar sus nervios, le va hablando de tonterías que Emilio ni entiende ni escucha. Ni le escucha. De Carlos sólo le importa algo y es lo que Carlos tiene en la mano.
--Aquí estamos, siempre acabamos en el mismo sitio...
Emilio cree que como la otra vez hará alguna referencia al hecho que Emilio se la está mirando pero Emilio no espera nada. Ya está resignado a que esa trompa que le gusta tanto nunca estará en su boca ni en ninguna otra parte de su cuerpo. Carlos sigue con su discurso sin sentido:
--seas feo, guapo, rico todos acabamos aquí ... meando...
Sin entender si eso viene a nada Emilio lo mira como si lo escuchara aunque en realidad él le mira su virilidad. Ese gran miembro que se le presenta a Emilio como el manjar más deseoso y delicioso. Como una rica fruta prohibida que nunca va a comer. Después Carlos cambia de tema. No sabe bien de que hablar pero esta demasiado nervioso como para estar callado y además tiene miedo que Emilio diga algo que lo comprometa como el último día que se vieron en esas un año atrás. Prefiere que Emilio crea que le dé igual que esté gozando de su herramienta sexual. Y aunque por dentro lo desprecia se finge simpático.
--a ver si un dia me dejas leer lo que escribes... --le dice Carlos.
--pues cuando quieras... yo siempre estoy por aquí... el día que quieras te me acercas y hablamos de eso... --dice Emilio que sabe perfectamente que Carlos jamás se acercará a él.
--sí un día de estos lo hago...
A Emilio no le gusta que ese chico sea tan falso pero es tan guapo.
--¡¡a un bombón como tú se te perdona todo... incluso que seas un falso mentiroso, hipócrita¡¡ --piensa.
Y Aunque en ningún momento cree en la falsa amistad de ese hombre tan guapo a Emilio desde luego no le importaría tenerlo cerca. Están un buen rato juntos. De hecho de la excitación a Emilio no le sale ni una gota de pis. Está mirando ardiendo de deseo ese trozo de carne tan deseado por él.
--ojalá pudiera fotografiarla... es linda... tan grande... --piensa,
De unos 16 centímetros y 4 de grosor es ademas muy oscura algo que pone muy cachondo a Emilio y resalta en la tez blanca de ese chico rubio tan guapo. Tiene bajado sólo la cremallera, no se ha desabrochado el pantalón. Se le ven algunos pelitos que es algo que también lo excita y mucho.
--menuda rica paja me voy a hacer esta noche pensando en ti, cabrón... me la voy a jalar más a gusto... como me voy a pajear--dice Emilio para sí.
Emilio ya no le da oportunidad de conversacion. En cuanto Carlos se guarda su preciado tesoro Emilio ya no tiene ningún interés en él. El chico le cae mal pero:
--¡¡que mamada le haría a este cabrón¡¡ --dice para si con deseo.
Emilio llega a su casa. La imagen de la trompa de Carlos se le repite una y otra vez.
--¡¡que rabia que ya era hora de cerrar¡ ¡¡¡cómo hubiera disfrutado la paja si me la hubiera podido hacer ahí mismo después que él saliera¡
El hombre está muy excitado y está deseando encerrarse en su casa para masturbarse pensando en Carlos y más concretamente en su miembro. Cuando entra en la casa se encuentra a su madre y a su hermano revolucionado.
--¿¡qué es lo que pasa?
Soledad no sabe si reir o llorar. Joel se acerca a su hermano. A pesar que desprecia a su hermano está muy contento. Lo abraza. Aunque sean hermanos, Joel es un chico muy guapo y Emilio está necesitado de caricias de chicos guapos y le gusta que su hermano lo esté tocando.
--somos ricos, hermano.
--¿de qué hablan?
Soledad está conmocionada y no puede hablar. Es Joel el que lo dice todo. Por un rato deja aparcado su rencor hacia su hermano y le va explicando todo:
--¿te acuerdas del tío rico del que siempre nos habló papá?
--sí... uno que vive en Alemania creo y que era muy viejo y parece que no se va a morir nunca...
A Soledad el tema de la muerte le impresiona mucho y aunque no conocía al tío de su marido le da pena:
--pues yo murió...
Con desinterés, Emilio dice:
--pues que pena...
Y es que Emilio quiere encerrarse en su cuarto. Joel lo mira un poco despreciativo:
--tú siempre tan tonto... ¡¿no te das cuenta que nosotros somos sus únicos herederos?¡
A Emilio le empieza a interesar el tema:
--¿tú crees? si no nos conocía...
Joel le pone la mano en los hombros a su hermano. Lo mira con intensidad. Emilio tiembla:
--buf... menos mal que no me mira asi siempre... ¡¡la verdad es que nunca me fijé que mi hermanito que gustara tanto¡¡ --dice Emilio para sí.
La verdad es que se siente un depravado pero le está gustando que su hermano esté siendo tan simpático. Joel le sigue hablando:
--llamó el notario del tío... tú y yo somos sus únicos herederos... al parecer hemos recibido una fuerte suma de dinero... tenemos que ir en seguida a Alemania a reclamar nuestra herencia...
--¿tú y yo?¿y Ariadna?
--pues no sé... salimos mañana temprano...
--¿tú y yo solos?
--si claro... ¿te molesta?
--No... no...
Y cuando más excitado está, cuando más necesita el calor de un hombre guapo aunque se siente un depravado a Emilio le gusta el pasar unos días a solas con su guapo hermano. La verdad es que su hermano le pone cachondo y siempre lamentó no haber tenido más intimidad con él y este viaje se le presenta como una luna de miel. Algo le dice que es el primer día del resto de su vida.
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